El Gobierno colombiano, en cabeza del presidente de la República, Gustavo Petro, acaba de abrirle la puerta a otro gran escándalo, esta vez de carácter internacional, al concederle asilo político, al expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli Berrocal.
El expresidente panameño, se encontraba refugiado desde febrero del 2024, en la embajada de Nicaragua en Panamá, después de haber sido condenado por corrupción y lavado de activos, por lo que tenía al frente once años de prisión.
La noticia causó sorpresa en Colombia, puesto que al parecer la cancillería manejó este caso dentro del mayor misterio y prácticamente solo se supo del mismo, cuando Martinelli, llegó a la ciudad de Bogotá.
Ricardo Martinelli Berrocal, quien fue presidente de Panamá en el periodo 2009-2014, arribó a Colombia el pasado sábado y rápidamente se hizo viral, un video donde al parecer se encuentra en un gastro bar de la capital colombiana, donde se le ve celebrando muy contento en compañía de otras personas.
Antes en sus redes sociales, colocó el siguiente mensaje:
«Feliz y contento porque estoy ya en Bogotá donde recibí asilo político al ser un perseguido político. Mil gracias al Gobierno colombiano y al presidente Gustavo Petro por haberme concedido dicho asilo político»
Fuertes críticas
El asilo entregado al exmandatario y empresario panameño, es blanco es este momento de numerosas críticas al presidente Petro, por su actitud que fue calificada como incoherente sí se tiene en cuenta que, en el pasado, cuando era congresista, el hoy mandatario colombiano, tuvo fuertes encontronazos con Martinelli, a quien Petro calificó de estar aliado con Álvaro Uribe Vélez.
Misterioso proceso
Además, causo rechazo el sigilo y misterio con el que se adelantó este proceso de asilo, ya que la información que se entregó sobre el mismo, fue prácticamente mínima.
Solo hubo un escueto comunicado del Gobierno Nacional, en el que se lee lo siguiente:
“El Ministerio de Relaciones Exteriores se permite informar que el presidente de la república, Gustavo Petro Urrego, concedió asilo político al expresidente de Panamá, señor Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, decisión que fue debidamente comunicada al Gobierno del vecino país».
Una larga novela
La salida de Panamá, del expresidente Ricardo Martinelli, también ampliamente conocido en su país, como empresario le puso fin a un largo episodio diplomático entre su paìs y Nicaragua.
A Martinelli Berrocal, hoy de 73 años de edad, se le confirmó en febrero del año pasado, una condena de más de 10 años de prisión, así como una millonaria multa por el caso “New Business” y, además, haber comprado una red de medos de comunicación con fondos públicos.
Luego en marzo pasado, el Gobierno de José Raúl Mulino, electo en mayo de 2024 con el respaldo de Martinelli, tras asumir su candidatura presidencial al quedar este inhabilitado por el caso de blanqueo, había aprobado un primer salvoconducto con destino a Nicaragua, pero esta salida no se pudo concretar y el Gobierno de Laurentino Cortizo (2019-2024), negó en febrero del año pasado la petición de salvoconducto.
Explicación
La Cancillería colombiana explicó que la decisión del Gobierno «se apoya en la observancia del principio pro persona y de la tradición humanista de Colombia de protección a personas perseguidas por razones políticas».
Además del caso ‘New Business’, Martinelli enfrenta otras acusaciones en Panamá relacionadas con el escándalo de Odebrecht y en España por supuestos sobornos y por un caso de interceptación de comunicaciones en Mallorca.
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Una fuerte reacción de rechazo se presenta en varios países e importantes medios de comunicación del mundo, luego de conocerse el asilo que el presidente Gustavo Petro, le otorgó al expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, acusado en su paìs de corrupción y lavado de activos
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Avalancha de reacciones
La decisión del gobierno de Colombia de conceder asilo político al expresidente panameño Ricardo Martinelli Berrocal ha provocado una cascada de reacciones tanto a nivel nacional como internacional, alimentando el debate sobre la instrumentalización del asilo en América Latina y sus consecuencias diplomáticas.
El asilo fue confirmado tras más de un año de refugio de Martinelli en la embajada de Nicaragua en Panamá, donde se resguardó desde febrero de 2024. El exmandatario fue condenado a 10 años y ocho meses de prisión por blanqueo de capitales en el caso ‘New Business’, relacionado con la compra del grupo editorial Epasa mediante fondos públicos.
Eludirá condena
Medios internacionales de peso como CNN en español, The New York Times, El País, BBC Mundo, Deutsche Welle (DW) y The Independent en español han dedicado cobertura destacada al tema. Todos coinciden en señalar que el otorgamiento del asilo le permite a Martinelli eludir su condena y el juicio pendiente por el caso Odebrecht, uno de los mayores escándalos de corrupción en América Latina, cuya audiencia en Panamá estaba prevista para noviembre.
“Una gran sorpresa”
El País de España calificó la decisión como una “sorpresa”, poniendo especial énfasis en las implicaciones políticas del asilo, dada la cercanía entre Martinelli y el actual presidente panameño José Raúl Mulino. Según el diario, esta relación podría haber influido en la permisividad del salvoconducto que facilitó su salida del país.
The New York Times, por su parte, subrayó las posibles tensiones diplomáticas entre Panamá, Colombia y Nicaragua, al recordar que el gobierno panameño se opuso en su momento a facilitar la salida del exmandatario hacia Nicaragua, país que primero le brindó protección.
DW aportó cifras y detalles clave del proceso judicial, recordando que en 2023 el gobierno de Estados Unidos sancionó a Martinelli por corrupción, lo que añade una dimensión internacional al caso que trasciende las fronteras centroamericanas.
Un viejo debate
Estas publicaciones coinciden en que el caso Martinelli ha reactivado un viejo debate en la región sobre el uso del asilo político como herramienta de protección frente a procesos judiciales y sobre los límites de la soberanía frente al derecho internacional.
TITULO (RECUADRO)
Descontento en Panamá
En Panamá, la reacción ha sido inmediata. José Isabel Blandón, presidente del Partido Panameñista, condenó el hecho al calificarlo como un acto de “impunidad” y “burla” al país.
“Impunidad. No hay otra forma de describirlo. Se burlan en nuestra cara. (…) Mientras se sigan robando la plata sin que nada pase, habrán millones de razones para exigir cambios y protestar”, escribió en su cuenta de X.
La diputada Janine Prado también se pronunció, cuestionando la transparencia del proceso. Criticó especialmente la eliminación de un comunicado oficial por parte de la Cancillería panameña, así como la opacidad en torno a los términos del salvoconducto.
“Esto lejos de dar confianza, genera suspicacias y una vez más da razones para cuestionar un errático manejo de las relaciones exteriores en esta administración”, señaló.
“Premio a la impunidad”
El diputado Roberto Zúñiga sumó su voz al rechazo popular, apuntando a la desconexión entre la justicia y los ciudadanos.
“Una vez más, en Panamá se premia la impunidad. El descontento popular no es casualidad: nace de los privilegios de una casta política que se protege entre sí”, expresó. Desde territorio colombiano, Martinelli celebró su libertad, agradeciendo al gobierno del presidente Gustavo Petro la protección brindada. No obstante, su presencia en Colombia podría convertirse en un nuevo punto de fricción regional, mientras el gobierno panameño guarda silencio sobre posibles acciones legales o diplomáticas futuras.

