En el corazón de Nariño, donde la música es alma y la madera cobra vida, los maestros Plinio y Arturo Arce preservan un legado centenario: la creación de guitarras únicas, personalizadas y de inigualable calidad. La tradición comenzó en 1880 con Miguel Arce y ha pasado de generación en generación, consolidando a esta familia como los grandes luthiers de la región.
Plinio Arce, con 60 años de experiencia, ha perfeccionado un arte heredado de sus ancestros. Su hijo Arturo, por pasión y convicción, ha decidido continuar este camino, absorbiendo la maestría de su padre y aportando su propia visión. En su taller, el tiempo se detiene mientras el pino abeto alemán, el roble y el ébano se transforman en instrumentos que respiran historia y armonía.
Los músicos lo saben: una guitarra Arce no solo es un instrumento, es una obra de arte. Con detalles únicos como el descansabrazo, que alivia la presión del músico, cada pieza es creada con amor. Para los Arce, el valor no está en el precio, sino en la pasión que impregnan en cada guitarra.