En cada calle, esquina y parque de Pasto, hay una presencia constante que, aunque a veces invisible para muchos, resulta esencial para el bienestar de todos. Se trata de los trabajadores de aseo, conocidos cariñosamente como los “escobitas”, quienes con su esfuerzo diario garantizan que la ciudad se mantenga limpia, ordenada y digna para sus habitantes y visitantes.
En el barrio San Felipe, al occidente de la capital nariñense, la comunidad ha alzado su voz para agradecer y reconocer públicamente la importante labor que realiza este equipo de trabajo. Con escobas, carretillas y una dedicación admirable, los aseadores enfrentan día a día los retos del manejo de residuos, devolviéndole al entorno urbano su equilibrio y armonía.
Gabriel Díaz, líder comunitario del sector, expresó su respaldo a estos trabajadores y destacó su impacto positivo en la calidad de vida de los ciudadanos. “A pesar de la cantidad de basura que se genera diariamente, los aseadores cumplen su labor de forma ejemplar. Son fundamentales para que la ciudad recupere y mantenga su belleza. Gracias a ellos, Pasto es más habitable y ordenada”, afirmó.
Los vecinos coinciden en que el trabajo de los “escobitas” no solo tiene un valor operativo, sino también social y cultural. En sus manos está la responsabilidad de cuidar lo que todos compartimos: el espacio público. Y aunque muchas veces no se les reconozca como se debe, su aporte es clave para la salud, la convivencia y la imagen de la ciudad.
Además del reconocimiento, la comunidad también hizo un llamado a la ciudadanía a ser más consciente con la disposición de residuos. “No todo puede recaer sobre los aseadores. Es importante que cada uno ponga de su parte, que respetemos los horarios de recolección, que no arrojemos basura en la calle. Solo así podremos construir una ciudad verdaderamente limpia y sostenible”, expresó una habitante del sector. Este gesto de reconocimiento hacia los aseadores de Pasto es también una oportunidad para reflexionar sobre el valor del trabajo digno y la importancia de cuidar colectivamente los espacios que compartimos. En tiempos donde se busca una ciudad más amable, más verde y más atractiva para vivir y visitar, el trabajo de los Ā«escobitasĀ» es, sin duda, una de las bases que lo hace posible.
