Por: Narciso Obando López, Pbro.
Hoy, millones de colombianos viven sumidos en la angustia por la crítica situación que enfrentan en temas de salud, la peor crisis en los últimos 30 años. Miles de enfermos llevan meses esperando por la entrega de medicamentos vitales.
El problema en los dos últimos años se ha complicado debido a que el gobierno se ha negado a darle el dinero requerido a las EPS tanto privadas como a las que ha intervenido el actual gobierno. Así como también el valor que el estado paga a las EPS por cada afiliado (UPC), es insuficiente.
Según ACEMI, el sistema de salud requieren aproximadamente 13 billones de pesos para que los hospitales puedan atender con oportunidad, que al talento humano se le pueda pagar, que los pacientes encuentren camas en los hospitales para ser atendidos, que el sistema pueda entregar tanto en las instituciones como a nivel domiciliario los medicamentos que la gente requiere.
Debemos tener en cuenta que el acceso a los medicamentos es un componente fundamental de la plena realización del derecho a la salud. La atención médica en caso de enfermedad y la prevención, así como el tratamiento y el control de las enfermedades, dependen en gran medida del acceso oportuno y adecuado a medicamentos de calidad.
Todos en algún momento de la vida somos o seremos pacientes. Y de los pacientes, los que más padecen con este “cambio” son los más vulnerables, ya que a pesar de los anuncios y las medidas tomadas, la gran mayoría de enfermos siguen sin tener acceso a la entrega oportuna de los medicamentos. Esto desafía la dignidad humana y la base de todos los derechos humanos.
Podemos decir que el sistema de salud sobrevive hoy en día con respirador artificial. La posición testaruda del gobierno frente a su responsabilidad en el tema tiene a todos los actores contando monedas para atender a una población. Es una gran paradoja lo que está ocurriendo en Colombia: El actual presidente llegó al poder con el voto de los más desfavorecidos y seguramente pasará a la historia como el mismo que acabó con varios de los programas sociales del país.

