Por: Narciso Obando López, Pbro.
Hay buenos gobernantes que dejan su huella en la historia con sus palabras y sus acciones dignas de mención; y hay algún otro que tal vez, también será recordado por una frase corta, pero que está sentenciando a la gran mayoría de colombianos: “Chu, chu, chu”, una expresión que, además de ser tendencia en redes sociales, es el resumen de cómo el actual presidente de Colombia le está dando el golpe de gracia a un sistema de salud, que con sus virtudes y grandes defectos, ha ayudado a salvar muchas vidas.
Hoy en día esa inolvidable frase, “Chu, chu, chu”, se está cumpliendo a cabalidad. El actual presidente de la república lo único que ha hecho es esperar. Esperar a que se destruyera el sistema. Como si para eso lo hubieran elegido los colombianos: Para esperar. Tal vez haya alguien que le diga al presidente que el oficio de gobernar consiste en encontrar soluciones a problemas difíciles, no en ser convidado de piedra de la catástrofe.
Ha dicho el presidente que él propuso una reforma y que el congreso no la aprobó. Pero en democracia, el gobernante tiene que tener previsto un plan B, si realmente quería ayudar a sus compatriotas: Es responsable por acción y por omisión. Estamos seguros que, si el congreso le hubiera aprobado la reforma es altamente probable que estaríamos llenos de incertidumbre, porque el gobierno ha demostrado ser incapaz de poner a funcionar un sistema de salud.
Voceros de las organizaciones de pacientes plantean que esta situación se ha agravado en los últimos dos años y que está llegando a un punto sin retorno. Es así que el chu, chu, chu que se le está aplicando a la salud está funcionando. Hoy el sistema está de rodillas en una crisis que, según los expertos, no se había visto en 30 años. Un problema de liquidez espantoso: Médicos y demás personal que no se les paga, igual que a proveedores de salud, hospitales, clínicas, etc., y lo más evidente y preocupante que está afectando gravemente la salud de miles de pacientes: La falla en la dispensación de medicamentos. Todo el sistema de salud está sin plata y los usuarios son los más afectados.
Hoy los pacientes no reciben sus medicamentos, algo que no se veía hace muchos años. Debemos tener en cuenta que el acceso a los medicamentos es un componente fundamental de la plena realización del derecho a la salud. La atención médica en caso de enfermedad y la prevención, así como el tratamiento y el control de las enfermedades, dependen en gran medida del acceso oportuno y adecuado a medicamentos de calidad.
Todos en algún momento de la vida somos o seremos pacientes. Y de los pacientes, los que más padecen con este “cambio” son los más vulnerables, ya que a pesar de los anuncios y las medidas tomadas, la gran mayoría de enfermos siguen sin tener acceso a la entrega oportuna de los medicamentos. Esto desafía la dignidad humana y la base de todos los derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la salud y el desarrollo de todas las personas.
Podemos decir que el sistema de salud sobrevive hoy en día con respirador artificial. La posición testaruda del gobierno frente a su responsabilidad en el tema tiene a todos los actores contando monedas para atender a una población que cada vez más demanda servicios médicos y medicamentos.
Es una gran paradoja lo que está ocurriendo en Colombia: El actual presidente llegó al poder con el voto de los más desfavorecidos y seguramente pasará a la historia como el mismo que acabó con varios de los programas sociales del país.

