Lo que comenzó como un simple video en pandemia se convirtió en un movimiento de amor propio y aceptación. Liz, una influencer albina, encontró en las redes sociales un espacio para visibilizar su condición y romper mitos sobre el albinismo. Su primer video, mostrando sus ojos, se hizo viral inesperadamente y le permitió recibir mensajes de admiración que transformaron su percepción sobre sí misma.
Antes de ese momento, Liz intentaba ocultar su apariencia, teñía su cabello y cejas, buscando encajar en estándares ajenos. Sin embargo, los comentarios positivos la impulsaron a abrazar su identidad. Con el tiempo, decidió crear contenido educativo sobre el albinismo, demostrando que las personas con esta condición pueden llevar una vida plena y normal.
Hoy, marcas nacionales e internacionales la reconocen como embajadora de la belleza diversa. A través de sus redes, Liz desmiente mitos, inspira a otras personas a aceptarse y demuestra que la diferencia no es una limitación, sino una auténtica joya que merece ser celebrada.