A menudo, la vida nos coloca en lugares que no imaginamos, donde las oportunidades no solo nos enseñan nuevas habilidades, sino que también nos permiten crecer como personas y profesionales. Este ha sido mi caso en el último año, cuando Diario del Sur, una casa editorial que siempre he admirado, me abrió sus puertas y me brindó una valiosa oportunidad para reconocer y profundizar mi labor social como comunicador.
A lo largo de mi trayectoria en esta institución, he aprendido que el verdadero poder del periodismo no radica solo en informar, sino en entregar las noticias con un sentido de pertinencia, buscando siempre el bien común. El periodismo, en su mejor esencia, tiene la capacidad de ser el puente entre las comunidades más necesitadas y las administraciones que, muchas veces, no escuchan sus voces. Esta reflexión se ha vuelto fundamental en mi proceso formativo, ya que he aprendido que no se trata solo de contar historias, sino de contar las historias de quienes más lo necesitan.
Mi experiencia en Diario del Sur ha sido un viaje de constante aprendizaje y superación. Cada foto, cada nota, cada palabra escrita tiene un poder transformador. Desde lo más simple hasta lo más complejo, el periodismo puede generar conciencia y propiciar el cambio. Y es en este espacio donde comprendí el verdadero significado de pertenencia, de ser parte de una labor que va más allá de los titulares: una labor social. Agradezco profundamente a todos los que formaron parte de este proceso de crecimiento.
Mi sincero agradecimiento al empresario y líder industrial, Hernando Suárez Burgos, quien, con su visión y apoyo, me permitió formar parte de este gran proyecto. Su confianza me motivó a mejorar cada día y a ser más consciente de la responsabilidad que implica ejercer el periodismo con ética y compromiso social. También quiero reconocer a los dos editores de la casa, Antonio Rosero y Robert Atiz, quienes, con su vasta experiencia en el campo, me brindaron su apoyo y conocimientos de manera constante. Ellos fueron pilares fundamentales en mi formación, siempre dispuestos a orientar y corregir con el único objetivo de fortalecer mi labor.
Mis compañeros periodistas Joan Gómez y Danny Marcillo también desempeñaron un papel crucial en mi aprendizaje. Con su expertise y dedicación en las letras, me ofrecieron un apoyo incondicional, ayudándome a entender la esencia del buen periodismo. A través de sus consejos y su pasión por el oficio, me motivaron a seguir adelante incluso en los momentos más difíciles.
No puedo dejar de mencionar a todas las personas que pasaron por esta escuela de vida: Don Jorge, Marlon, Alejandra, Karelyn. Dilan, Maryori, Richard, Iván, Anita, Laura y Jhon. Gracias a todos por acompañarme en este maravilloso aprendizaje. Cada uno de ustedes, con su energía, su experiencia y su visión, dejó una huella en mi formación profesional y personal.
Asimismo, quiero expresar mi gratitud al equipo administrativo de la casa editorial, cuya labor silenciosa pero fundamental brindó el acompañamiento necesario para que mi proceso de formación fuera posible. Gracias por estar siempre ahí, apoyando y velando por el correcto funcionamiento de todo lo que implica ser parte de un medio de comunicación.
Este es solo el comienzo de un camino que espero no termine aquí. Como siempre menciona el fundador de Diario del Sur, la vida es un «corto paseo», y en este breve trayecto debemos aprender a sobrellevar las dificultades que se nos presentan. Cada reto, cada obstáculo, se convierte en una lección invaluable, y estoy agradecido por las que me ha dado esta institución.
Al escribir estas palabras, solo puedo decir gracias. Gracias a Diario del Sur, por darme la oportunidad de crecer como reportero gráfico y periodista. Gracias por brindarme las herramientas y la confianza para desempeñar un trabajo que, lejos de ser solo un empleo, se ha convertido en una pasión. Agradezco inmensamente esta casa editorial, que me permitió ser parte de su historia y me dio la oportunidad de contribuir a la de tantas otras personas.

