La misión Chang’e 6 ha revolucionado el entendimiento de la formación lunar al traer las primeras muestras directas de la cara oculta del satélite. Estas han permitido a los científicos determinar con precisión la edad de la Cuenca Aitken, el mayor y más antiguo cráter de impacto de la Luna. Según el equipo dirigido por el investigador Chen Yi, este colosal impacto ocurrió hace 4.250 millones de años, tan solo 320 millones de años después del nacimiento del Sistema Solar.

Exploración profunda del regolito lunar
La clave del descubrimiento radica en el análisis detallado de las muestras recuperadas. A partir de 5 gramos de regolito lunar, los científicos seleccionaron 1.600 fragmentos mayores a 200 micrómetros y eligieron 20 partículas para investigaciones petrográficas, geoquímicas y geocronológicas. Mediante el análisis de isótopos de plomo en minerales diminutos ricos en zirconio, el equipo fechó con éxito el impacto, proporcionando evidencia directa desde el lugar del evento.
Contrastes entre caras lunares
Los estudios han revelado diferencias significativas en la composición química de las rocas ígneas provenientes de ambas caras de la Luna. Aunque comparten ciertas características, las variaciones en elementos principales y trazas sugieren que las rocas de la cara oculta se formaron debido al gigantesco impacto que originó la Cuenca Aitken. Este descubrimiento amplía el conocimiento sobre los procesos geológicos que dieron forma al satélite en sus primeras etapas.
China, líder en exploración espacial
El programa Chang’e, que lleva el nombre de la diosa lunar de la mitología china, ha consolidado la posición de China como una potencia en la carrera espacial. Desde 2007, Pekín ha alcanzado grandes logros, incluyendo el alunizaje histórico en la cara oculta con la misión Chang’e 4 en 2019 y la creación de su propia estación espacial.
Además de estos avances, el programa Chang’e sigue contribuyendo al entendimiento de nuestro satélite, brindando información crucial para descifrar los primeros eventos del Sistema Solar, como los impactos que moldearon la evolución de los cuerpos celestes. Estos hallazgos no solo son un triunfo para la ciencia lunar, sino que también refuerzan el papel de China como líder en la investigación espacial.

