Carlos Santa María.

Discurso de Donald Trump: ¿cambia el mundo?

Por: Carlos Santa María

El día martes 4 de marzo, Trump hizo su esperado discurso al Congreso de los Estados Unidos, el cual marcó una línea de acción para la Unión Europea, Ucrania, países en conflicto con USA y sentó precedentes respecto a su propia nación, todo lo que cimbró el orbe.

Las primeras palabras fueron: “Estados Unidos ha regresado”, lo que marcó su intervención, cuestionando al gobierno Biden por su ineptitud y políticas erróneas, especialmente en lo referente a la llamada diversidad propiciando una indudable confusión ante el sexo, la familia, la postergación de la masculinidad y el énfasis en el transexualismo, lo que fue altamente aplaudido.

También ratifico al proceso antiinmigración como el más exitoso y también al aplicar castigos a Canadá, México y China, por presuntamente no detener el flujo de drogas y fentanilo a su país.

Internacionalmente manifestó que, después de los insultos recibidos por Zelenski, este había enviado una carta expresando su disposición a firmar acuerdos económicos para entregar sus tierras raras y comenzar la paz, estando listo para cimentar este trato.  Respecto al genocidio en Gaza fue muy parco, confirmando posteriormente la amenaza de destrucción completa del territorio si Hamas no entrega los rehenes, aunque no haya segunda etapa.

Lo cierto es que la falta de apoyo a Europa y Zelenski, los tiene sin plan alguno, demostrando la envejecida gobernanza y su única meta: guerra, armas y apoyo económico…que ahora parece más distante dada su mentalidad agiotista al ver que la inversión no fructifica.

En síntesis, sus historias fantásticas sobre el canal de Panamá, Groenlandia y Canadá como estado 51 de USA, parecen muy distantes. Si se une su locura de convertir a la Franja de Gaza en un resort de turismo, el mundo se ve extrañísimo.

Lo cierto es que la política contra los inmigrantes será severa, el intento de paz en Ucrania continuará y el castigo a sus detractores no se detendrá. El mundo tendrá que pararlo en seco o la catástrofe se avecina como tormenta.