La política arancelaria del expresidente Donald Trump ha generado un clima de incertidumbre en la economía estadounidense. Empresas, consumidores y analistas financieros advierten sobre el riesgo de una posible recesión, impulsada por el aumento de aranceles, la caída en la confianza empresarial y las fluctuaciones en los mercados.
Desplome en la confianza empresarial y del consumidor
De acuerdo con una encuesta de la revista Chief Executive, la confianza de los directores ejecutivos en la economía estadounidense ha caído a su nivel más bajo desde 2012. Los temores de recesión han aumentado, con un 48% de los 220 ejecutivos encuestados anticipando una desaceleración en los próximos seis meses.
Además, la Reserva Federal de Atlanta predice una contracción del PIB del 2,4% en el primer trimestre, lo que representaría el peor resultado desde la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.
El índice de confianza del consumidor también ha mostrado signos de deterioro. Según la Universidad de Michigan, la incertidumbre económica ha afectado tanto a republicanos como a demócratas, con una creciente preocupación sobre el impacto de los aranceles en los precios de productos básicos.
Los mercados en alerta por la política arancelaria
Wall Street ha reaccionado con volatilidad ante la incertidumbre comercial. El índice Dow Jones cayó un 1,30%, mientras que el Nasdaq y el S&P 500 registraron pérdidas del 1,96% y 1,39%, respectivamente.
Las tensiones comerciales aumentaron cuando Trump amenazó con imponer un arancel del 200% a productos europeos como el champán y el vino, en respuesta a las tarifas del 50% impuestas por la Unión Europea al whisky estadounidense.
Expertos advierten sobre riesgo de recesión
Instituciones como Goldman Sachs han elevado su proyección de riesgo de recesión del 15% al 20%, mientras que Moody’s Analytics estima un 35%. Morgan Stanley, por su parte, predice un crecimiento más débil de lo esperado para el año.
Pese a estos pronósticos, Trump ha minimizado los riesgos, afirmando que “hay un período de transición porque estamos trayendo la riqueza de vuelta a Estados Unidos”. Aunque reconoció que los aranceles podrían generar una “pequeña perturbación”, descartó la posibilidad de una crisis económica inminente.
¿Hacia dónde se dirige la economía estadounidense?
El impacto de la guerra comercial sigue siendo incierto. Mientras algunos analistas advierten sobre una posible recesión, otros consideran que la economía podría resistir los efectos de las políticas proteccionistas.
Lo que sí es claro es que la volatilidad de los mercados, la disminución de la confianza empresarial y las represalias comerciales internacionales seguirán siendo factores determinantes en el rumbo económico de Estados Unidos en los próximos meses.

