Sam Jones, una influencer estadounidense, desató un gran malestar en Australia tras publicar un video en el que capturaba a un bebé wombat salvaje. El acto fue calificado como «indignante» por autoridades y expertos en fauna, quienes destacaron el sufrimiento causado al pequeño marsupial y a su madre. Las consecuencias llegaron rápidamente, con Jones abandonando el país mientras se investigan posibles violaciones a las leyes de protección animal y migración.
«Una falta de respeto a la fauna australiana»
El video, donde Jones corre de noche cargando al wombat en brazos, generó un aluvión de críticas. La organización RSPCA Australia condenó las imágenes, señalando que representan un «desprecio flagrante» hacia los animales nativos. Yolandi Vermaak, veterinaria rescatista de wombats, expresó su indignación: «Eres una visitante. Tus acciones son una total falta de respeto para nuestra fauna y nuestra cultura».
Indignación entre los líderes australianos
Las autoridades del país también se pronunciaron con dureza. El primer ministro, Anthony Albanese, describió la acción como «indignante», mientras que el ministro de Interior e Inmigración, Tony Burke, aseguró que su equipo estaba revisando el visado de Jones para determinar si violó la ley. Burke agregó: «Espero que esta persona no intente regresar al país después de este acto reprochable».
Por su parte, Penny Wong, ministra de Exteriores, calificó las imágenes como «horribles», reafirmando el compromiso de proteger la fauna nativa del país. «En Australia, interferir con animales salvajes no es solo inapropiado, es ilegal», enfatizó.
Leyes de protección y posibles sanciones
Según la Ley de Protección Ambiental y de Bioseguridad de 1999, dañar o capturar especies nativas puede resultar en multas que superan los 300.000 dólares australianos. Aunque Jones salió del país por voluntad propia, este incidente podría dificultar futuras solicitudes de visado. Además, se discute la posibilidad de imponer medidas legales adicionales.
Impacto en redes sociales
El video de Jones no solo provocó indignación entre ciudadanos australianos, sino que también generó un intenso debate en redes sociales sobre la ética del manejo de animales salvajes. Tras la polémica, la influencer bloqueó su cuenta de Instagram y desactivó su perfil en TikTok. En un intento de disculparse, publicó mensajes desde una nueva cuenta, donde admitió que fue un «error», pero denunció recibir amenazas de muerte como consecuencia.
«Un llamado a la responsabilidad»
Organizaciones y defensores de la fauna reiteraron la importancia de respetar las leyes locales y la vida silvestre. «La fauna autóctona de Australia es única y está protegida por ley. No es un accesorio para redes sociales», señaló un portavoz de World Animal News. Expertos como Vermaak añadieron que este tipo de incidentes subrayan la necesidad de educar a los visitantes extranjeros sobre las implicaciones de interactuar con animales salvajes.
El incidente de Sam Jones ha dejado una lección clara: la fauna australiana no es solo un símbolo del país, sino un patrimonio natural que debe ser valorado y protegido.
