Por décadas, La Voz del Galeras ha sido una de las emisoras más emblemáticas de Nariño, un faro informativo que ha acompañado a generaciones con noticias, cultura y entretenimiento. Sin embargo, este 15 de marzo, el dial se quedará en silencio, pues los dueños de la estación han decidido devolver la frecuencia al Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones en lugar de venderla o continuar operándola. La decisión marca no solo el fin de un medio con historia, sino también un golpe significativo al panorama comunicativo y laboral de la región.
Un impacto profundo en la comunicación local
La radio ha sido, y sigue siendo, un pilar esencial para la comunicación en Nariño. En un departamento donde la geografía desafiante y la conectividad limitada hacen que muchas comunidades dependan de la radio para informarse, el cierre de La Voz del Galeras significa la pérdida de una plataforma que amplificaba las voces locales. No es solo una emisora que desaparece, sino un espacio de diálogo y de identidad que se apaga.
Esta decisión también pone en evidencia la difícil realidad de la radio tradicional en tiempos de digitalización. La competencia con las plataformas de streaming, las redes sociales y el declive de la inversión publicitaria en medios convencionales han hecho que muchas emisoras enfrenten serios problemas económicos. A esto se suma la falta de apoyo gubernamental para fortalecer los medios regionales, a pesar de su rol clave en la democracia y la cultura.
Consecuencias en el empleo y el periodismo regional
El cierre de La Voz del Galeras también deja en el aire la situación de sus trabajadores. Periodistas, locutores, técnicos y personal administrativo verán desaparecer su fuente de ingresos, sumándose a la ya preocupante crisis del empleo en el sector de medios. En Nariño, donde la oferta laboral para profesionales de la comunicación es limitada, esto representa un nuevo desafío para quienes han dedicado años a informar a la comunidad.
Asimismo, la salida del aire de esta emisora abre un vacío en la oferta informativa regional. La radio cumple una función vital al dar cobertura a problemáticas locales que, de otra manera, quedarían relegadas. Con una voz menos en el espectro radiofónico, se reduce la diversidad de opiniones y el acceso a información relevante para los ciudadanos.
¿Qué sigue para la radio en Nariño?
El cierre de La Voz del Galeras deja muchas preguntas abiertas. ¿Tomará el gobierno la decisión de licitar nuevamente la frecuencia para que otra empresa o colectivo la opere? ¿Se fortalecerán los medios comunitarios y alternativos para llenar el vacío que deja esta emisora?
Lo que es claro es que la radio en Nariño está en un momento crucial. Para sobrevivir, los medios deben adaptarse a nuevas formas de consumo, diversificar sus ingresos y apostar por la innovación digital sin perder su esencia. Mientras tanto, la comunidad, los periodistas y las instituciones deben reflexionar sobre el valor de la radio y su papel en la sociedad.
El dial 1060 AM pronto se silenciará, pero la memoria de La Voz del Galeras quedará en quienes crecieron con su voz, su música y su compromiso con la verdad. Ojalá este no sea un adiós definitivo, sino un llamado de atención para salvar el periodismo y la radio local antes de que más emisoras corran la misma suerte.