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LA INSEGURIDAD AZOTA A COLOMBIA

La marcada inquietud de millones de colombianos en las diferentes regiones del paìs a consecuencia de la inseguridad y violencia desbordada sigue creciendo, puesto que nos enfrentamos a un fenómeno que afecta por igual a todos los sectores del país, sin importar que se trate de ricos o pobres, lo que da como resultado en estos momentos a que todos sintamos una sensación de permanente temor.

Se trata de una continua queja que día a día, se le da al señor presidente de la República, Gustavo Petro, pero sin ningún efecto positivo, puesto que vemos, una impotencia de la Fuerza Pública para hacerle frente a esa oleada de inseguridad. En ese sentido es preocupante, saber que son muchos los colombianos, quienes creen que, de manera paradójica, los esfuerzos de la Paz Total del Gobierno Nacional, han tenido un efecto contrario a los objetivos buscados, puesto que lo que ha contribuido al fortalecimiento de los grupos armados ilegales que operan en el país.

Nos referimos a una situación que, sin ninguna exageración, hace rato pasó de castaño a oscuro, como bien se puede comprobar en los nefastos acontecimientos que se han registrado en las últimas semanas en el paìs, como son los aterradores episodios registrados en el Catatumbo, Norte de Santander, la violencia desatada en el Cauca, el paro armado de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional Eln, para citar unos pocos casos.

La lamentable realidad es que esta inseguridad cotidiana no solo nos afecta a nosotros, los ciudadanos del común, sino que tiene un efecto terrible en lo relacionado con las actividades económicas de Colombia y con la imagen de nuestro paìs en el extranjero.

Es así como hoy vemos como los grandes inversionistas se la están pensando dos veces antes de colocar su dinero en el paìs, ante el ambiente de inestabilidad y peligro, en tanto que los pequeños y medianos empresarios afrontan una constante pesadilla, ante los riesgos de en cualquier momento, perder sus negocios e inclusive sus vidas. Hablamos de una situación, que, aunque parezca increíble es la causa para que, en estos momentos, sea enorme el número de personas que evitan salir a la calle o viajar, ante el miedo que experimentan de convertirse en unas víctimas más de la violencia.

Mientras esto sucede en Colombia, fuera de las fronteras patrias, la imagen que se tiene en el extranjero de nuestro paìs es deplorable, puesto que la violencia es la causa para que ya no se vea al país como un destino seguro, tanto para el turismo como para la inversión extranjera. Es por ello, que siguen disminuyendo los visitantes y los posibles inversores, puesto que unos y otros, ante las espantosas historias que escuchan no quieren viajar hacia nuestros destinos o arriesgar sus inversiones, en una Nación que no ofrece condiciones aceptables de seguridad.

En el extranjero, saben muy bien y nosotros también aquí en Colombia, que las guerrillas, las disidencias, las disidencias de las disidencias, las organizaciones de narcotraficantes, así como la delincuencia común, actúa con una insólita impunidad, puesto que en muchas regiones del paìs, son amos y señores de varios territorios de la geografía nacional, lo que les da licencia para perpetrar toda clase de atrocidades, lo que aumenta el temor y la desconfianza entre la población. En síntesis, lo que podemos decir es que la inseguridad sigue creciendo, lo que tiene tres enormes afectaciones: a los ciudadanos, la estabilidad económica y la visión que se tiene en el exterior de nuestro país. Por lo tanto, lo único que se puede hacer en estos momentos de gran crisis, es adoptar medidas de choque y efectivas, en busca de restaurar la seguridad y el orden en Colombia y, en ese sentido, lo primero que se debía acometer es recuperar la moral y retornarle la dignidad a nuestra Fuerza Pública. De lo contrario, seguiremos caminando hacia el abismo…