La comunidad del barrio La Floresta enfrenta una creciente preocupación por el incremento del consumo de sustancias psicoactivas entre los jóvenes y niños de la zona. Este fenómeno, que antes era poco frecuente, ha comenzado a ser una constante en el vecindario, afectando tanto la seguridad del lugar como el bienestar de sus habitantes más jóvenes.
Aida Ortiz, una de las líderes comunitarias más activas, expresó su alarma: “Antes no se veía tanto, ahora son niños y jóvenes quienes se están involucrando en actividades como fumar marihuana y otras sustancias”. Esta situación ha creado un clima de inseguridad y miedo entre los residentes, quienes se sienten desbordados por lo que consideran una problemática en aumento.
Lauro Castro, otro de los líderes del barrio, coincidió en que el creciente consumo de drogas ha desencadenado un incremento en los actos de vandalismo y la inseguridad. “Es una situación alarmante. La inseguridad se ha vuelto un problema cotidiano, y los actos de vandalismo son cada vez más comunes. Creo que las instituciones educativas deberían ser más activas en la implementación de programas de ayuda y prevención para abordar esta problemática de manera integral”, agregó. Los habitantes del sector han solicitado el apoyo de las autoridades locales y educativas para poner en marcha programas preventivos que promuevan la salud y la prevención del consumo de sustancias, pues consideran que la educación es clave para ofrecer alternativas a los jóvenes y alejarlos de actividades destructivas.
Ante esta situación, la comunidad ha comenzado a organizarse activamente, realizando reuniones y foros en los que se discuten posibles soluciones y se busca involucrar a padres, educadores y autoridades locales. El propósito es generar un entorno más seguro y saludable para los jóvenes, al mismo tiempo que se fomente un sentido de pertenencia y responsabilidad comunitaria.

