Identifican a presuntas agresoras que dejaron cuadripléjica a Érika Morales

El ataque que sufrió Erika Morales en 2021 en el municipio de Los Andes Sotomayor cambió su vida para siempre. La lesión medular que le causó la cuadriplejia la dejó completamente dependiente de terceros para cada una de sus actividades diarias. A pesar de los tratamientos médicos y los cuidados paliativos, el dolor físico y emocional se volvieron insoportables para ella.

En una noche trágica, Erika fue brutalmente golpeada con botellas por dos mujeres, identificadas como Glair Gómez y Leidy León, en una discoteca. El ataque dejó a la joven en estado terminal, sumida en una lucha constante por su vida desde entonces.

Agresión

Erika Morales, quien en aquel momento era una joven llena de sueños y expectativas, se ha visto transformada por este brutal acto de agresión. Hoy, su vida es una constante batalla por sobrevivir, mientras su familia, amigas y amigos enfrentan una dolorosa realidad: su hija, hermana y amiga permanece postrada en una cama sin poder hacer mucho más que esperar la probación de la eutanasia.

“Es una pesadilla que no termina. Todos los días nos despertamos con la esperanza de que ella pueda mejorar, pero las noticias que recibimos son siempre las mismas. La justicia parece estar dormida, y las agresoras siguen en la calle, como si nada hubiera pasado”, expresa con impotencia un miembro de la familia.

Justicia

Las responsables de este acto de barbarie, Glair Gómez y Leidy León, aún no han sido llevadas ante la justicia de manera contundente. A pesar de que los hechos fueron presenciados por varias personas y existen pruebas que podrían haber acelerado el proceso judicial, las mujeres acusadas siguen libres, como si no hubieran cometido un crimen tan grave. Esta situación no solo ha generado un profundo dolor en la familia de Erika, sino también una creciente frustración en la comunidad, que exige que se haga justicia.

“Queremos que se les castigue, que se les haga responsables de lo que hicieron. No es justo que ellas estén libres mientras mi hija sigue luchando por su vida. Necesitamos que alguien de justicia tenga un poco de consideración y castigue este vil acto para que no quede impune”, lamenta una amiga cercana de la víctima. El caso de Erika Morales no es solo el de una joven golpeada, es también el reflejo de una sociedad que aún lucha por que la violencia de género no quede impune. Es un grito de justicia por una joven que, a pesar de las dificultades físicas y emocionales que enfrenta cada día, sigue con la esperanza de ver el día en que sus agresoras sean condenadas.