La inesperada captura en las últimas horas del señor Giovanny Andrés Rojas, alias Araña, importante integrante de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, una disidencia más de las Farc, se constituye en una prueba más de la extrema inconsistencia e inestabilidad de la política de la Paz Total del presidente de la República, Gustavo Petro.
La triste realidad es que ese programa bandera del mandatario nacional, nunca ha despegado y, por el contrario, su administración se ha caracterizado por un alarmante aumento de la violencia generada por los grupos alzados en armas.
Naturalmente que la detención de Rojas, jefe de los Comandos de Frontera, ocurrida en un hotel de Bogotá, al concluir uno de los ciclos de los diálogos del Gobierno Nacional con las disidencias, representa otro duro golpe contra la paz. Es más, en un momento dado, puede significar un tiro de gracia a ese proceso, ante la pérdida de confianza en esas negociaciones de parte de los representantes de la guerrilla, puesto que a nadie le gusta ser privado de la libertad en medio de un dialogo de paz.
En ese sentido, nos parece que, además de la fragilidad que ha caracterizado el proceso de Paz Total del presidente Gustavo Petro, el mismo también ha adolecido de falta de claridad, en torno a los beneficios de los negociadores. Nos parece que la opinión pública suponía que el hacer de una mesa de negociación de paz entre el Gobierno Nacional y grupos alzados en armas, lo que daba lugar al levantamiento de las órdenes de captura, era un escudo protector, contra episodios, como el que acaba de producirse con la captura de Giovanny Andrés Rojas.
Pero, por lo que acaba de pasar no es así y la Fiscalía General de la Nación señaló que “en cumplimiento de compromisos internacionales”, la suspensión de las órdenes de captura, tema contemplado en la Resolución 0139 de abril de 2024, no contempla ese tipo de notificaciones a nivel internacional sobre prófugos de la Justicia, como lo fue Circular Roja, con la que fue capturado alias Araña. Sin embargo, para el Gobierno Nacional, esta persona no podía ser capturada.
Ahí está pues, el gran lío que se le ha formado ahora a este proceso de paz, que no termina de despegar, debido a diferentes circunstancias que lo han hecho inviable, en los más de dos años de Gobierno del presidente Gustavo Petro. Sobre el particular no se puede negar que la captura del señor “Araña”, es otro tronco en la mitad del camino, por lo que se temen repercusiones de mucha gravedad, en detrimento de una maltrecha Paz Total, que poco se ha visto, puesto que el panorama de violencia en varias zonas del paìs, es francamente deplorable.
Estamos convencidos que la inesperada detención de esta persona, no redundará en nada bueno para la Paz en el paìs y, también estamos seguros que, a partir de estos instantes los dirigentes guerrilleros, disidentes y demás integrantes de los grupos alzados en armas en Colombia, lo pensarán dos veces antes de sentarse en una mesa de negociaciones con el Gobierno Nacional.
Por lo tanto, como ha sido siempre desde el principio, la Paz Total, sigue dando tumbos y más tumbos y hay expectativa por el impacto negativo que empezó a generar. Lo cierto es que fue un mazazo propinado justamente al término de un complicado tercer ciclo de diálogos, en desarrollo de los cuales se habían logrado varios acuerdos. Como quien dice, la Paz Total se enredó en una telaraña.