Nacional llegará a su compromiso de este domingo frente a Alianza con un escenario inédito en la era de Javier Gandolfi: 11 días sin competencia oficial. Este tiempo es crucial para cualquier equipo en proceso de construcción, y para el verde representa una gran oportunidad para que el técnico argentino interiorice su idea de juego sin la presión de preparar un partido cada tres días.
El último encuentro contra Santa Fe dejó sensaciones mixtas. Si bien hubo una destacada actuación ofensiva con un empate 2-2 que ilusionó a la hinchada, también se evidenció una fragilidad defensiva que generó inquietud. Ahora, con tiempo para trabajar, Gandolfi se ha centrado en fortalecer la estructura defensiva sin sacrificar la dinámica ofensiva que promete mucho.
Este período de preparación ha permitido afianzar conceptos tácticos y consolidar sociedades clave en el campo. La dupla defensiva Tesillo-Aguirre sigue ajustando sus movimientos, mientras que en el mediocampo, Campuzano y Uribe buscan mayor sincronización. La conexión entre Cardona y Hinestroza también ha sido un foco de trabajo. Además, la dupla ofensiva Morelos-Viveros genera expectativas al ofrecer opciones y variantes en ataque.
Una de las mejores noticias es el regreso de David Ospina a los entrenamientos, lo que refuerza la confianza en el grupo. Para Gandolfi, el empate contra Santa Fe fue el mejor partido desde que asumió el mando, destacando las transiciones y la toma de decisiones, aunque señaló que aún falta mejorar la efectividad en la definición.
Con estos 11 días de preparación, Nacional comienza a mostrar señales de un equipo con identidad, un juego ofensivo atractivo y con intenciones claras de mejorar defensivamente. La expectativa es que estos ajustes se reflejen en el partido ante Alianza, aunque existen dos interrogantes: el estado de la cancha, que podría afectar el rendimiento, y la propuesta de Alianza, que buscará ser el primer equipo en romper el invicto de Nacional en Valledupar.