La suerte vuelve a Nariño

Por décadas, la Lotería de Nariño ha representado más que un simple juego de azar. Desde su creación en 1933, ha sido una herramienta clave para generar recursos destinados al sector salud del departamento. Sin embargo, el cese de operaciones en 2005 marcó un antes y un después en esta institución, dejando un vacío en la economía local y, sobre todo, en los aportes esenciales para sostener el bienestar de la comunidad. Hoy, con su reactivación, la Lotería de Nariño vuelve a poner en el centro del debate su importancia social y económica.

El retorno de la lotería no solo significa un aumento potencial en las transferencias al sector salud, donde el 12% de las ventas se destina a entidades como el Adres, el IDNS y Colciencias. También simboliza una oportunidad de dignificación laboral para casi cien vendedores, en su mayoría adultos mayores, que han encontrado en esta actividad su sustento diario, ganando por cada billete de lotería el 20%. Muchos de ellos, con historias de esfuerzo y resiliencia, lograron educar a sus hijos gracias a las ganancias de antaño.

La reactivación de la lotería no solo busca fortalecer las finanzas del departamento, sino también transformar las condiciones de vida de sus vendedores. Estas personas, que en su mayoría enfrentan desafíos como la falta de estabilidad económica o el acceso limitado a servicios básicos, están siendo reconocidas como actores esenciales dentro del proceso. Iniciativas como la entrega de indumentaria, el apoyo alimentario y las actividades recreativas no solo dignifican su labor, sino que también envían un mensaje claro: el bienestar de quienes sostienen esta cadena de valor también es prioridad.

Este enfoque integral debe complementarse con un llamado a la ciudadanía para que participe activamente en esta causa, debemos comprar y apoyar para que la lotería se mantenga en el tiempo cambiando la vida de los loteros. Comprar un billete de la Lotería de Nariño no es solo una oportunidad para probar suerte; es una contribución directa a la salud pública y al bienestar de quienes dedican sus jornadas a ofrecer esta alternativa de esperanza. Al respaldar este esfuerzo, la comunidad no solo fortalece una tradición local, sino que también se convierte en agente de cambio para mejorar las condiciones de vida en el departamento.

El reto ahora es garantizar la sostenibilidad de esta reactivación. La competencia con otras loterías y juegos de azar es feroz, y las estrategias de mercadeo deben ser innovadoras y atractivas. Además, hay que asegurar que los recursos realmente lleguen a los programas de salud y a la dignificación laboral de los vendedores es fundamental para mantener la confianza ciudadana.

Hoy, con la Lotería de Nariño nuevamente en las calles, podría decirse que la suerte vuelve a nuestro departamento. Este es un recordatorio del potencial que tiene la región para rescatar otras tradiciones que dejaron huella, como la producción del icónico aguardiente «NARIÑO». Aplaudimos los esfuerzos que han hecho posible esta reactivación y animamos a las autoridades a seguir impulsando iniciativas que rescaten y fortalezcan la identidad y el desarrollo local. Gracias, señor gobernador, por devolverle a Nariño una parte de su esencia.