Con gran expectativa a nivel mundial se inicia el segundo mandato de Donald Trump en los Estados Unidos; y como era de esperarse a nivel mundial se ha generado un revuelo frente a las decisiones que se tengan que tomar en materia de relaciones exteriores; si bien la línea radical y conservadora de los Republicanos es aceptada por muchos; para otros este mandato va en retroceso de varios temas que tienen impacto global.
Colombia seguramente tendrá que estar al margen de un gobierno que se nota arrogante y tendrá que encontrar puntos de acuerdo en temas que sean del interés nacional; si bien no hay coincidencias ideológicas entre la administración de Gustavo Petro y la de Donald Trump, esto no significa que se puedan conservar los acuerdos previos, tratados de comercio, el turismo y la migración que habitualmente se da por parte de los connacionales al país del norte.
Los efectos directos se dan sobre los migrantes ilegales; que en el caso de los colombianos se encuentran en esta condición alrededor de 300.000; puede impactar de manera negativa alguna relación bilateral y en la cual nuestro país debe estar preparado para enfrentar una ola de repatriados que tendrán que venir a un país y enfrentar oportunidades en medio de una economía debilitada; algo que no es bueno para nadie en estos momentos.
Uno de los temas más espinosos entre Colombia y Estados Unidos es precisamente la lucha contra las drogas; para el caso colombiano este no ha sido un tema fácil ya que el control en las zonas de producción esta manejado por grupos ilegales de diferentes esquemas y la flexibilidad que le ha dado el gobierno colombiano a los grupos armados ha permitido que en algunas zonas contrario a lo esperado estas zonas se han incrementado en la producción; según la Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Ministerio de Justicia y del Derecho, presentaron los resultados del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos – SIMCI, el cual arrojó un incremento del 10% en el área sembrada con coca en el país, finalizando el 2024; este será necesariamente un tema a tratar en las relaciones bilaterales.
Por otro lado el impacto de Trump en la política colombiana será grande; ya que la polarización que se ha dado en los últimos años comenzará, por alinear las fuerzas políticas en función de los intereses que se tengan por parte de sectores radicales tanto de la izquierda como la derecha; lo que si es muy cierto es que Colombia deberá seguir mostrando su histórica democracia y que sea el pueblo colombiano quien elija a los mejores gobernantes en una próxima jornada electoral para el congreso y la presidencia; pero es indudable que de aquí en adelante todo lo que se diga o haga tendrá que ser meticulosamente realizado, basado en tantos temas polémicos que ha generado Trump en el mundo y que incidirán directamente en Colombia; como lo es el caso del canal de Panamá, el petróleo en Venezuela, los migrantes y así una lista de temas, que necesariamente se tendrán que tomar partido.
Esperemos que para Colombia y el mundo este nuevo gobierno sea benéfico y no demos pasos en retroceso como lo esta iniciando en materia ambiental y que la elección de Trump no sea un acto efímero frente a las realidades que tiene el mundo en general.
Por: Javier Recalde Martínez.

