Amílcar Pantoja: entre promesas y una gestión que exige cambio

Por:  Alina Constanza Silva 

Si algo caracteriza a los líderes que llegan al poder con la bandera del cambio es la esperanza que despiertan en sus votantes. En el caso de Amílcar Pantoja, alcalde de Ipiales, esa esperanza parece haberse desvanecido rápidamente, reemplazada por el desencanto de una ciudadanía que hoy cuestiona si eligió correctamente. La gestión de Pantoja está tan plagada de inconsistencias y promesas rotas que no resulta sorprendente que ya se escuchen rumores de revocatoria de su mandato en las calles y redes sociales.

Un acueducto en crisis y en abandono

Prometió resolver la crisis del acueducto en su primer año de gobierno. Pero hoy, a más de un año de su administración, la realidad es que la situación no solo no ha mejorado, sino que parece empeorar. La comunidad sigue enfrentando cortes constantes, agua con sedimentos y problemas de calidad que hacen imposible consumirla sin temor a enfermedades. Las denuncias de concejales, como Leidy Solarte, no son gratuitas: “El agua no es apta para el consumo, no tenemos agua y la poca que hay está podrida”. ¿Dónde están las soluciones estructurales prometidas? ¿O acaso solo eran palabras vacías para ganar votos?

La seguridad, un compromiso olvidado

Ipiales vive con miedo. La promesa de devolver la tranquilidad a las calles fue otra de las banderas de Pantoja, pero el incremento de los delitos y la percepción de inseguridad son la prueba más clara de su fracaso. No hay un plan integral para combatir el crimen ni un mensaje contundente de su administración que devuelva la confianza a los ipialeños. La ausencia de estrategias efectivas es un reflejo de un liderazgo débil, más preocupado por la imagen que por los resultados.

Incoherencia financiera: entre discursos y realidades

Durante su campaña, Pantoja se llenó la boca criticando el endeudamiento del municipio, prometiendo una administración austera y responsable. Sin embargo, en diciembre de 2024, no dudó en tramitar un crédito por más de 20 mil millones de pesos. Esta jugada no solo contradice su discurso, sino que deja al descubierto una falta de coherencia que la ciudadanía no está dispuesta a tolerar. ¿Dónde quedó su palabra?

Viajes internacionales y premios cuestionados

Mientras Ipiales enfrenta problemas estructurales, Pantoja ha desviado su atención hacia viajes internacionales a España, China y México, donde recibió un premio cuya relevancia para el municipio es cuestionable. ¿Qué resultados concretos han dejado estos desplazamientos? ¿Cómo benefician a una comunidad que sigue enfrentando problemas tan básicos como la falta de agua y seguridad? Sin respuestas claras, estos viajes parecen ser más un capricho que una estrategia para el desarrollo de Ipiales.

Carnaval y caos administrativo

La reciente controversia por la organización del Carnaval, que terminó con la salida del secretario y subsecretario de Cultura, es otra muestra de la falta de liderazgo. Un evento cultural tan emblemático debería ser un punto fuerte de cualquier administración, pero en manos de Pantoja se convirtió en un ejemplo más de improvisación y caos interno.

¿Un futuro incierto?

Con este panorama, no sorprende que crezca el clamor popular por una revocatoria del mandato. Los ipialeños están cansados de la desconexión, el incumplimiento y las contradicciones de una administración que parece navegar sin rumbo. Pantoja llegó al poder con la promesa de ser el líder que Ipiales necesitaba, pero ha demostrado ser incapaz de estar a la altura del desafío.

Ipiales merece más. Merece un liderazgo que escuche, que actúe y que cumpla. Si Pantoja no puede o no quiere asumir esa responsabilidad, quizás sea hora de que dé un paso al costado y deje que otro tome las riendas de un municipio que no puede seguir esperando.