“El suicidio no es una decisión; es un grito desesperado”: Oswaldo Navarro

El suicidio sigue siendo uno de los mayores desafíos para la salud pública, afectando a miles de personas cada año. En el departamento de Nariño, los casos preocupantes de suicidio continúan al alza, especialmente entre los jóvenes. En este contexto, el psicólogo clínico pastuso Oswaldo Navarro se ha convertido en una de las voces más influyentes en la intervención y prevención de crisis emocionales. Con más de diez años de experiencia en el tratamiento de trastornos emocionales y conductas de riesgo, Navarro lidera iniciativas como Psicología Integral para Todos y la Fundación Sentido de Vida, que han ayudado a cientos de jóvenes y sus familias a superar momentos críticos.

En una conversación exclusiva con DIARIO DEL SUR, Navarro nos comparte su experiencia en el campo de la salud mental, su visión sobre el suicidio, y las acciones que se deben tomar para prevenirlo. A continuación, exploramos en profundidad los factores que influyen en este fenómeno y las estrategias que él y su equipo emplean para enfrentar esta dolorosa realidad.


¿Cuántos casos de suicidio se han presentado?

El suicidio es un tema que, aunque a menudo se prefiere evitar en las conversaciones cotidianas, se mantiene como uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. En Nariño, esta problemática ha aumentado en los últimos años, reflejando una tendencia preocupante en la región.

Según Oswaldo Navarro, aunque las cifras exactas varían cada año, el fenómeno sigue siendo devastador. «El suicidio no solo es una tragedia personal, sino un problema social complejo. Este año hemos visto un incremento significativo de casos en Nariño, especialmente entre jóvenes y adolescentes», comenta el psicólogo. Según datos internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 700,000 personas pierden la vida anualmente debido al suicidio, lo que lo convierte en la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. En Colombia, alrededor de 2,500 personas se quitan la vida anualmente, lo que resalta la necesidad urgente de intervenciones preventivas y eficaces.

El caso de Nariño no es ajeno a esta realidad. En los últimos años, varios municipios del departamento, incluida la capital, Pasto, han reportado un aumento de suicidios, muchos de ellos entre personas jóvenes que no habían recibido el apoyo emocional necesario.


¿Cuáles son los factores que desencadenan el suicidio?

El suicidio, como nos explica Navarro, no se puede reducir a una única causa. Es un fenómeno multifactorial en el que interactúan diversos aspectos psicológicos, sociales y biológicos. Según el experto, hay una serie de factores predominantes que suelen estar presentes en las personas que atraviesan una crisis emocional tan profunda.

Trastornos psicológicos

Uno de los factores más comunes es la presencia de trastornos psicológicos como la depresión, los trastornos de ansiedad, el abuso de sustancias y los trastornos de personalidad. Navarro señala que, en muchos casos, las personas que intentan o consuman suicidio suelen estar lidiando con trastornos mentales graves no diagnosticados o mal tratados. «La depresión es la principal causa subyacente del suicidio, pero los trastornos de ansiedad, el abuso de sustancias y otros problemas psicológicos también desempeñan un papel significativo», explica.

Entornos familiares disfuncionales

Los ambientes familiares disfuncionales son otro factor de riesgo clave. «La falta de apoyo emocional, el maltrato y la violencia intrafamiliar son factores muy comunes que contribuyen al desarrollo de sentimientos de desesperanza en los jóvenes», apunta Navarro. Cuando una persona crece en un entorno donde no se siente amada, respetada o valorada, el riesgo de que considere el suicidio como una salida aumenta considerablemente.

Presión social y redes digitales

En la era digital, el ciberacoso, las comparaciones constantes en redes sociales y la exposición a mensajes nocivos son factores que afectan especialmente a los jóvenes. «El impacto de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes y jóvenes es muy real. Muchas veces, los jóvenes se sienten presionados por la imagen perfecta que se proyecta en línea, lo que afecta su autoestima y puede llevarlos a pensamientos suicidas», advierte Navarro.

Traumas no resueltos

El abuso, la pérdida o el rechazo durante etapas tempranas de la vida pueden tener consecuencias devastadoras. «Los traumas no procesados, especialmente aquellos sufridos durante la infancia o la adolescencia, aumentan significativamente el riesgo de suicidio», menciona Navarro. Estos traumas, si no son tratados adecuadamente, pueden afectar profundamente el bienestar emocional de una persona durante toda su vida.

Estigmatización de la salud mental

Una de las barreras más grandes para la prevención del suicidio es la estigmatización de la salud mental. En muchas comunidades, especialmente en regiones rurales como Nariño, existe una gran resistencia a buscar ayuda psicológica por el miedo al rechazo social. «El estigma relacionado con la salud mental retrasa la intervención temprana, y cuando finalmente las personas buscan ayuda, ya es demasiado tarde», señala el psicólogo.

¿Qué estrategias están implementando para prevenir el suicidio?

La prevención del suicidio, según Oswaldo Navarro, requiere un enfoque integral que abarque tanto la identificación temprana de riesgos como el tratamiento adecuado de las personas en crisis. En Psicología Integral para Todos y la Fundación Sentido de Vida, han implementado diversas estrategias que buscan reducir el riesgo de suicidio en Nariño.

Evaluación y detección temprana

El primer paso es identificar las señales de alerta en las personas en riesgo de suicidio. «Utilizamos herramientas de evaluación clínica para detectar las primeras señales de riesgo, lo que nos permite intervenir en etapas tempranas y evitar que la situación empeore», comenta Navarro. La identificación temprana es clave para evitar tragedias.

Atención psicológica

Una vez que se identifican los casos de riesgo, el siguiente paso es brindar atención psicológica especializada. «La terapia cognitivo-conductual y la terapia dialéctico-conductual son muy efectivas para ayudar a los individuos a regular sus emociones y pensamientos. Estas terapias son esenciales para prevenir comportamientos autolesivos», explica el experto.

Además de la intervención individual, es fundamental contar con una red de apoyo sólida. «Trabajamos con las familias y comunidades para crear entornos protectores, donde las personas puedan sentirse respaldadas y no aisladas en su dolor», añade Navarro. La involucración activa de la familia y la comunidad es un componente crucial en la prevención del suicidio.

El programa de capacitación y sensibilización tiene como objetivo educar a la población sobre las señales de alerta y la importancia de la salud mental. «Realizamos talleres educativos para que las instituciones y las comunidades reconozcan los signos de una crisis emocional y puedan intervenir de manera oportuna», comenta el psicólogo.

El acompañamiento continuo y el trabajo conjunto con otros profesionales de la salud son vitales. «Nos aseguramos de que cada paciente reciba la atención que necesita, coordinando con médicos, psiquiatras y otros especialistas cuando sea necesario», agrega Navarro.


El futuro en cuanto a la prevención del suicidio

El psicólogo Oswaldo Navarro es optimista, pero también realista, sobre el futuro de la prevención del suicidio en Nariño. «Estamos viendo progresos, pero aún queda mucho por hacer. La clave está en continuar trabajando de manera conjunta con las autoridades, las instituciones educativas y las comunidades para crear entornos más saludables para los jóvenes», concluye.

Navarro recalca que la salud mental es fundamental para el bienestar general y debe ser tratada con la misma seriedad que cualquier otra afección médica. «El suicidio no es una decisión, es un grito desesperado de alguien que no sabe cómo lidiar con su dolor. Estamos aquí para escuchar, intervenir y cambiar ese destino.»