Caos vehicular en la intersección de la carrera 27 con Avenida Panamericana: un ejemplo de desidia administrativa

Desde la noche del jueves 5 de diciembre hasta bien entrada la mañana del viernes 6, la intersección de la carrera 27 con la Avenida Panamericana en Pasto fue escenario de un caos vehicular monumental. Seis semáforos en esta crucial conexión dejaron de funcionar, generando un desorden que afectó a miles de conductores. A pesar de la gravedad de la situación, la Secretaría de Tránsito no reaccionó con la celeridad esperada, dejando la zona sin supervisión de agentes de tránsito durante más de 12 horas.

Este cruce es vital para la movilidad de la ciudad, ya que conecta importantes sectores como Mijitayo, Empopasto y colegios emblemáticos como la Normal y el INEM. Además, es el punto de paso hacia la salida sur de Pasto, que conduce a municipios como Ipiales y al interior de la ciudad. La ausencia de regulación vehicular dejó a conductores y motociclistas librados a su suerte, generando un peligroso juego de supervivencia vial que, afortunadamente, no derivó en accidentes graves.

La respuesta de las autoridades fue reactiva y tardía. Solo tras las denuncias ciudadanas en redes sociales, especialmente en Twitter, se envió personal a la zona. La falta de mantenimiento del sistema de semaforización y la ausencia de planes de contingencia dejan en evidencia una preocupante negligencia por parte de las autoridades encargadas.Este episodio debe ser un llamado de atención para que la administración municipal priorice la modernización de los semáforos y fortalezca la presencia de agentes en puntos estratégicos.

Los ciudadanos necesitan garantías de que su seguridad y movilidad no estarán a merced del azar. En una ciudad con un flujo vehicular creciente, la planificación y la respuesta inmediata no son un lujo, sino una necesidad.