Los precios del petróleo se encuentran nuevamente bajo presión debido a incertidumbre en torno a los planes de producción de la OPEP+, un factor que ha provocado un sentimiento bajista entre los inversores y que podría seguir ejerciendo presión a la baja sobre el crudo. La mezcla estadounidense, por ejemplo, se encuentra perdiendo más de un uno por ciento en la jornada, situándose alrededor de los 69 dólares por barril. Esta operativa se presenta también en torno a datos mixtos sobre los inventarios de petróleo en Estados Unidos, que no han logrado disipar las dudas de los operadores, quienes también se han enfocado en la demanda y sus niveles futuros.
La preocupación por la demanda también se ve incrementada por datos económicos estadounidenses más débiles de lo esperado. El PMI de servicios del ISM para noviembre registró una caída mayor a la prevista, alcanzando 52.1 frente a 56 del mes anterior, lo cual subraya el crecimiento más lento del sector en los últimos tres meses. Este indicador también está alimentando las dudas sobre una posible desaceleración en la demanda de energía, lo que podría traducirse en más presión sobre los precios del crudo.
Por su parte, el informe de la Administración de Información de Energía (EIA) mostró que la actividad de las refinerías promedió 16.9 millones de barriles diarios, mientras que la producción de gasolina cayó a 9.5 millones de barriles por día, en línea con los cambios estacionales en la demanda. Además, las importaciones de crudo de Estados Unidos subieron a 7.3 millones de barriles diarios, resaltando la relativa dependencia de fuentes externas. Dicho factor, vale la pena mencionar, podría beneficiar a economías exportadoras de petróleo como México y Colombia.
En cuanto al panorama a mayor amplitud, el 2025 se perfila como un año complejo para el mercado del crudo