En una columna anterior dije de manera desapasionada que la privatización del servicio de aseo en el municipio ha generado desventajas como el aumento de las tarifas, el acceso desigual, las faltas de control democrático, el riesgo de monopolio, etc. Acorde con James A. Robinson galardonado en este año con el Nobel de Economía, EMAS se constituye en un ejemplo de una institución extractiva porque esta “diseñadas para concentrar el poder y los recursos en manos de una elite, limitando las oportunidades de la población”. En efecto, la privatización concentro el poder económico y político a través del ejercicio de un monopolio. Además, un alto exfuncionario de Emas me informa que la empresa ya no es de inversionistas españoles, sino que, a espaldas del pueblo patuso, ahora la propiedad es de un grupo francés; es decir, extrayendo los recursos nariñenses para beneficio de una elite empresarial, mientras los usuarios son acosados con altas tarifas del “servicio”. En el libro ¿Por qué fracasan las naciones? De uno de los autores aquí citado se desprende que una característica de instituciones extractivas es la generación de una desigualdad económica y social que no permite un crecimiento inclusivo de sus usuarios.
Como manifesté en un artículo anterior el “informe de gestión enero – diciembre de 2023” publicado por la empresa EMAS, reconoce que anualmente genera ingresos superiores a los 61 mil millones de pesos (US$14.3millones, al cambio de $4.293,91/dólar) que dejan una utilidad de 10.5 mil millones de pesos (US$2.4 millones). Los ingresos generados no son consecuencia de un aumento de la productividad de la empresa de aseo, sino del aumento anual de la tarifa a sus usuarios. Como toda empresa comercial de carácter privado su motivación es el lucro que lo obtienen aumentando las tarifas para maximizar sus ganancias sin importar que se perjudiquen los usuarios de bajos ingresos. El municipio de Pasto por haber propiciado la privatización del servicio de aseo perdió el control directo sobre la gestión de EMAS. La subcontratación de trabajadores es una modalidad que informan los denominados escobitas una práctica común en la empresa franco-española.
Como toda empresa privada no rinde cuentas a la población en general; por lo tanto, no se conoce si se presta el servicio en todas las zonas del municipio, incluidas áreas urbanas, rurales y zonas marginales, sin dejar sectores desatendidos. En un comunicado publicado por este diario, la empresa EMAS, manifiesta que son ellos los que hacen posible que la ciudad este limpia, que podan los jardines, que ubican canecas los postes de energía para que sea depositada la basura, etc., como si eso no fuera el servicio por el cual la ciudanía paga.
Tampoco se ve la eficiencia de la empresa en promover y facilitar la separación de residuos en el origen, clasificándolos en reciclables, orgánicos y no reciclables. La disposición final de los residuos no es un beneficio adicional que brinde la empresa, tampoco, hace parte que el relleno sanitario sea un “parque natural” o un sitio para almorzar con las moscas del lugar. La gestión del relleno por obligación y por lo que se paga es contar con plantas de tratamiento que se ajusten a las normas ambientales evitando toda la contaminación por los lixiviados.
El cumplimiento de las normas y regulaciones ambientales a nivel local, nacional e internacional no son un regalo generoso de la empresa a la ciudad, sino que hace parte de las tarifas pagadas por la ciudanía. Su obligación es minimizar el impacto ambiental con un buen plan de manejo de residuos, es decir, controlando lixiviados, gases y emisiones provenientes de la disposición de residuos. La empresa de las utilidades que le deja su operación en el municipio de Pasto no destina un porcentaje orientado a la educación ciudadana sobre la importancia de la gestión de los residuos, tampoco se observa campañas de reducción, reutilización y reciclaje.
En general, la empresa de aseo carece de una política de transparencia en cuanto a costos y funcionamiento, con mecanismos de rendición de cuentas hacia la comunidad, que incluya una correcta gestión financiera, con tarifas justas y equitativas. Baste recordar que un servicio de aseo eficiente no solo es la recolección de basura, sino en la gestión integral de los residuos solidos con una perspectiva de sostenibilidad, salud pública y calidad de vida para los habitantes del municipio.
Los comerciantes del municipio se quejan de las presuntas “anomalías” en el cobro del servicio de aseo puesto que sostienen que a pesar de que oficinas, locales comerciales, etc., que no están en funcionamiento o estén cerrados siguen recibiendo el recibo del pago del servicio de aseo. El cobro del servicio es mayor que el mínimo que pagan por el servicio de energía, así, por ejemplo, un local por estar fuera de servicio puede pagar entre 10 o 15 mil pesos de energía, en tanto que, el de aseo el mínimo es de 25 mil pesos. Esta tarifa es arbitraria porque un local que no este en uso no produce residuos o suciedad. Además, si el local hace parte de un edificio, esta paga ya por todo lo que exista allí.
Finalmente, de todo esto, se desprende la necesidad de solicitar al alcalde, al concejo y a las autoridades en general para que se haga una revisión del cobro tarifario y que se ajuste a la actividad o uso del servicio evitando los cobros injustificados. Así, por ejemplo, la señora Mirian Martínez ex candidata a la Alcaldía de Pasto, en varias ocasiones ha afirmado que la empresa EMAS, cobra por 38 mil kilómetros de barrido cuando solo se realiza esta operación en 28 mil.

ASEO URBANO Y SU PRIVATIZACIÓN
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