Javier Oñate, gerente.

La capital de Nariño enfrenta crisis hídrica

La capital nariñense, se encuentra en una preocupante situación debido a la drástica reducción de sus fuentes hídricas, lo que pone en riesgo el suministro de agua en el municipio y podría llevar a un eventual racionamiento.

Javier Oñate, gerente de Empopasto, informó sobre el alarmante descenso en el caudal de los principales ríos y quebradas que abastecen a la región.

Según Oñate, el río Pasto, que solía aportar 450 litros por segundo, ha caído a solo 200 litros; la quebrada Piedras pasó de 150 a 110 litros; Miraflores de 60 a 30 litros; y la quebrada Mijitayo, que presenta la situación más crítica, de 60 a apenas 20 litros.

Mitigar

Estas disminuciones se deben, en gran parte, a las altas temperaturas que han generado sequías en la zona.

Para mitigar la crisis, Empopasto ha comenzado a extraer agua del río Bobo, que proporciona aproximadamente 300 litros por segundo, aunque su concesión permite hasta 500 litros.

Sequias

Sin embargo, Oñate advirtió que este recurso es solo una «llanta de emergencia» que podría agotarse en dos meses y medio si persisten las condiciones actuales sin lluvias.

Además, la planta de tratamiento de San Felipe enfrenta una crisis al depender del río Bobo, lo que podría llevarla a racionar el agua a partir de noviembre si no se producen precipitaciones significativas.

Evolución

El gerente también destacó que se espera que el Ideam pronostique lluvias para noviembre, relacionadas con el inicio del Fenómeno de La Niña. No obstante, la posibilidad de un racionamiento sigue siendo latente, dependiendo de la evolución del clima en las próximas semanas.

Ante esta difícil situación, las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para que haga un uso responsable del recurso hídrico y adopte acciones conscientes para enfrentar las posibles dificultades que se avecinan.