Un contundente golpe al narcotráfico se dio en el municipio de Ipiales, Nariño, cuando la Policía Nacional incautó un cargamento de 271 kilos de cocaína, valorado en más de 1.000 millones de pesos. El alijo, que tenía como destino final la ciudad de Medellín, fue interceptado en un operativo que reafirma el compromiso de las autoridades en la lucha contra el tráfico de drogas en el país.
La droga se encontraba oculta en bultos de papa, transportados en un tractocamión que fue detenido por los uniformados en un punto de control en las vías de Ipiales. El ingenioso método para encubrir el cargamento ilícito no fue suficiente para burlar a las autoridades, quienes, tras una inspección detallada, hallaron los 271 kilos de cocaína. El conductor del vehículo fue arrestado en el lugar y puesto a disposición de la justicia en el municipio de Riosucio, Caldas, donde enfrentará los cargos correspondientes.
Este decomiso representa un importante golpe a las redes de narcotráfico que operan en la región y buscan nuevas rutas para trasladar droga desde el sur del país hacia centros urbanos como Medellín. Según las autoridades, la droga estaba dirigida a una estructura del crimen organizado en la capital antioqueña, lo que subraya la magnitud del tráfico a gran escala en Colombia.
La Policía destacó que este tipo de operativos no solo impide que grandes cantidades de droga lleguen a las calles, sino que también afecta financieramente a las organizaciones criminales que dependen de estos envíos. «Cada incautación es un paso adelante en nuestra lucha contra el narcotráfico», señaló uno de los oficiales a cargo.
Las investigaciones siguen su curso, mientras las autoridades reiteran su compromiso de intensificar los controles en carreteras estratégicas, especialmente en zonas como Nariño, que es un punto clave para las rutas del narcotráfico en Colombia.