En una noche que debería haber transcurrido con tranquilidad, la violencia volvió a golpear a la ciudad de Pasto, específicamente en el barrio Santa Bárbara, al suroriente de la capital nariñense. El pasado 8 de octubre, a las 11:30 de la noche, un hombre fue asesinado en un ataque que ha sembrado el temor y la indignación entre los residentes de la zona.
Walter Mauricio, conocido en el sector como ‘Zapateiro’, fue víctima de un brutal ataque con un arma cortopunzante. A pesar de que fue trasladado de inmediato al Hospital San Pedro de Pasto, la gravedad de sus heridas resultó fatal, y el miércoles, un día después del ataque, se confirmó su fallecimiento. Las circunstancias que rodean este hecho indican que se trataría de un ajuste de cuentas, una situación que lamentablemente se ha vuelto recurrente en la región.
Escenario del crimen
La versión oficial señala que ‘Zapateiro’ fue atacado en las inmediaciones de la cancha de microrastrillo, un lugar que, en su esencia, debería ser un punto de encuentro para el deporte y la convivencia. Sin embargo, en esta ocasión, se convirtió en escenario de un crimen que refleja el deterioro de la seguridad en el barrio. Fuentes cercanas a la investigación sugieren que el ataque fue premeditado y que el autor, conocido en el mundo criminal como Alias Mera, tendría antecedentes de violencia y relaciones con bandas delictivas que operan en la región.
La noticia del asesinato ha generado una profunda preocupación entre los habitantes de Pasto, quienes enfrentan una creciente ola de violencia que parece no tener fin. En el último año, varios incidentes de esta naturaleza han puesto en jaque a la comunidad, que se siente cada vez más vulnerable.
Temor
La impunidad y la falta de seguridad se han vuelto temas de conversación recurrentes en los barrios, donde las familias viven con el temor de convertirse en víctimas de actos violentos. Muchos residentes han expresado su frustración en redes sociales, exigiendo acciones concretas por parte de las autoridades para restaurar la seguridad y la tranquilidad en sus vidas.
La violencia en Pasto no es un fenómeno aislado. Diversas organizaciones han señalado que el narcotráfico, el desempleo y la falta de oportunidades educativas son factores que alimentan el ciclo de criminalidad. La intervención de bandas delictivas en los barrios ha llevado a que muchas personas se vean involucradas en actividades ilícitas como una forma de subsistencia. El caso de ‘Zapateiro’ es un ejemplo más de las secuelas que deja la violencia en la vida cotidiana de las personas. Los amigos y familiares de la víctima han expresado su dolor y rabia ante la pérdida de un ser querido.

