Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
La endofobia es un neologismo que se entiende como la aversión o desprecio de una persona a los aspectos propios de la identidad cultural y sus características, abarcando así a los individuos o espacios de su propia nación, territorio o población.
Cuando me topé con este término me fue imposible dejar de asociar el mismo a un puñado de personas que, en los últimos tiempos, han demostrado su animadversión a su propia tierra y a lo que la representa, siendo el típico ejemplo de que, así les duela, pastuso come pastuso.
Endófobo es aquel presidente de un equipo de futbol llamado Asociación Deportivo Pasto, que con autoritarismo, mueve los destinos del onceno, y nadie dice absolutamente nada. La escuadra lleva varias temporadas haciendo campeonatos muy discretos que lo ubican en la zona baja de la tabla de posiciones del rentado colombiano y a pesar de eso, este personaje muy orondo, continua siendo el presidente de la institución; por menos en un escenario normal, estos resultados hubieran llevado a un replanteamiento de quien está al frente de dicho cargo, pero como estamos en el país del Sagrado Corazón de Jesús, por el contrario, el señor presidente del equipo se adueña cada vez más del mismo. Dios no permita que llegue ese un día en el cual, vivamos situaciones como las que han tenido que sufrir los hinchas de escuadras como Cúcuta, Cortulua o Universitario de Popayán, quienes han visto desaparecer sus equipos y quedarse tan solo con el recuerdo de lo que un día fue y ya no será.
Endófobos también son los camioneros de Pasto, que ni cortos ni perezoso están volviendo a sitiar a los 450 mil habitantes de la capital de Nariño, en protesta por el alza de los precios del ACPM a nivel nacional, olvidando que aquellos gobiernos a quienes ellos tanto han apoyado a lo largo de 24 años, son quienes realmente los tienen en la situación que hoy se está viviendo. Es imposible pensar que, los subsidios que se dan a ciertos productos, se pueden mantener in saecula saeculorum, y más con la realidad económica que se vive a nivel mundial, sin embargo estos personajes creen que la mejor manera que tienen para protestar, es afectar aún más la economía de nuestra región. Me fascina la doble moral que manejan estos gremios que ante las protestas de otros sindicatos o colectivos representativos exhortan a finalizar los paros invocando la afectación a derechos como la dignidad humana, el trabajo o la libre movilidad, pero cuando son ellos quienes taponan las vías, allí si las protestas son legítimas; como diría un ex gobernador a quien si le beneficiaron los “vientos del sur”… tienen huevo.
Endófobos también es un candidato a la alcaldía de Pasto, chamuscado por sus tácticas reprochables para hacer política y que ahora desde el concejo de Pasto y en interpuesta persona, se ha dedicado a torpedear cuanta iniciativa o acción se quiere llevar cabo para poner en orden el maltrecho municipio que dejo el anterior mandatario, a quien le quedo grande ejercer su cargo. Ahora este personaje, que se las quiere dar de “influencer” sale a lavarse las manos cuando, hasta el mismo alcalde lo dijo en la última rueda de prensa, es evidente que muchas de las acciones que están torpedeando el orden en el municipio, tiene un tinte diferente al normal. Muy bien dice el latinazgo “excusatio non petita, accusatio manifesta”.Como lo he dicho en columnas anteriores, si de sus manos se escapa la posibilidad de aportar en el beneficio de su comunidad, pero otros si lo pueden hacer, sepa reconocer esta situación y apoye en lo que más pueda dichas acciones que benefician a todos, sin perseguir un beneficio particular.

