La tranquilidad comercial en Pasto se ha visto sacudida por una serie de estafas digitales que han afectado severamente a comerciantes en áreas clave como la Avenida Boyacá, el Centro y barrios como Santa Mónica y Santa Bárbara. La modalidad delictiva consiste en la ejecución de transferencias falsas, donde los delincuentes utilizan métodos sofisticados para simular pagos que nunca se materializan, dejando a sus víctimas con cuantiosas pérdidas económicas.
Amelia Guerrero, una de las afectadas por esta ola de estafas, explica con preocupación: «Los delincuentes han perfeccionado técnicas para crear trasferencias falsas de dinero que jamás llegan a realizarse. Es realmente desesperante ver cómo cada vez más comerciantes caen en esta trampa pensando que están completando una venta legítima».
Desconfianza
Nathaly Castillo, otra comerciante perjudicada, relata el impacto directo en su negocio: «Las estafas digitales están afectando gravemente nuestras ventas. La desconfianza que generan estos actos hace que nuestros clientes sean más cautelosos, lo que se traduce en una disminución en las transacciones diarias y un clima de incertidumbre».
Las autoridades locales, en colaboración con entidades financieras, han intensificado los esfuerzos para investigar y combatir estas prácticas delictivas. La Policía Nacional de Pasto ha iniciado investigaciones para identificar y capturar a los responsables de estas estafas, mientras que también están trabajando en la educación y concientización de los comerciantes sobre las medidas preventivas que pueden tomar para protegerse.
Amenaza al comercio
Se recomienda a los comerciantes verificar cuidadosamente la autenticidad de las transacciones antes de completar cualquier venta y utilizar métodos de pago seguros. Además, se insta a denunciar cualquier actividad sospechosa para colaborar con las autoridades en la desarticulación de estas redes criminales. En conclusión, las estafas digitales representan una amenaza seria y creciente para la comunidad empresarial de Pasto, comprometiendo no solo la estabilidad financiera de los negocios locales, sino también la confianza y seguridad de los consumidores. Es fundamental una respuesta conjunta y proactiva entre autoridades, comerciantes y la ciudadanía en general para mitigar estos riesgos y mantener un ambiente económico seguro y confiable en la región.

