En una jornada que marca un hito en la historia reciente de Barbacoas, fueron entregadas dos modernas placas polideportivas en las veredas Las Palmas y Alto Güelmambí, pertenecientes a los resguardos indígenas Tortugaña Telembí y Nunalbí Alto Ulbí, ubicados a 100 kilómetros de Tumaco, sobre la vía que conduce a Pasto.
Este importante proyecto se enmarca dentro de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet) y representa un avance significativo en el proceso de justicia social y reparación a las comunidades históricamente marginadas.
La entrega de las infraestructuras se logró gracias a una colaboración efectiva entre la Agencia de Renovación del Territorio (ART), la cooperación internacional, la Alcaldía de Barbacoas y la Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa).
Materiales
Los materiales para la construcción fueron proporcionados por la cooperación internacional y la Alcaldía, mientras que la ART se encargó de la gestión y supervisión del proyecto.
La mano de obra calificada fue proporcionada por la Alcaldía de Barbacoas, mientras que la Unipa asumió el trabajo no calificado, con los jóvenes de la comunidad jugando un papel crucial en la ejecución de las obras.
Durante el acto de entrega, el alcalde de Barbacoas, Mario Alexander Hurtado, destacó la importancia de estas instalaciones como un avance hacia la construcción de paz.
Articulación
«Este es un territorio de comunidades indígenas históricamente olvidadas y hoy, gracias a la implementación del Acuerdo de Paz, cuentan con un espacio de recreación y encuentro», manifestó Hurtado. El mandatario también expresó su agradecimiento por la articulación institucional y comunitaria que hizo posible la realización de ambas infraestructuras.
Por su parte, Rider Paí Nastacuás, consejero Mayor de la Unipa, subrayó que «este era el sueño de los jóvenes y hoy se ve cumplido con el apoyo de la ART, la Alcaldía y la cooperación».
Recreación
Nastacuás, agregó que las placas polideportivas también representan una forma de reparación para las familias víctimas del conflicto que habitan en los resguardos.
El proyecto, que tuvo un costo aproximado de $800 millones, no solo ofrece a la comunidad un espacio de recreación, sino que también fortalece la integración entre los resguardos aledaños y la comunidad en general.
Este logro se enmarca dentro del modelo colaborativo liderado por la ART, que busca implementar el Acuerdo de Paz de manera efectiva y sostenible en las regiones afectadas por el conflicto.