Por: Chucho Martínez
El balance a los 2 años de Petro presidente no puede reducirse a la casuística de la corrupción en su gobierno como acto aislado y no como cultura mafiosa como ha ocurrido en otros gobiernos y partidos, ni tampoco al número de kilómetros pavimentados. El balance debe ir más allá del Debe y Haber de las cuentas de contabilidad que son herramientas para interpretar las políticas y contextualizarse en la tendencia histórica que representa Petro como síntesis de movimientos políticos y sociales que enfrentaron al bipartidismo como lo hicieron el MRL, ANAPO, UNO, Polo, Verdes, Colombia Humana, Pacto Histórico, Farc, M-19, ELN y el estallido social, para entrar por fin al movimiento pendular del poder en América Latina entre Izquierda y derecha. Es la primera vez que asistimos a un gobierno radicalmente diferente a los anteriores. El balance o mejor, la evaluación debe ser holística que lea lo actuado como un todo y no solo como superación absoluta de los problemas heredados sino como bases para construir otro país posible. Se trata de la deconstrucción, que exige lecturas subversivas y no dogmáticas de los textos -léase balances- como un acto de descentralización, una disolución radical de todos los reclamos de «verdad» absoluta, homogénea y hegemónica, para sentar bases de otro país posible a la luz del materialismo histórico.
Asistimos a la construcción de otra cultura política de unas nuevas ciudadanías que le están poniendo otros sentidos a la institucionalidad porque muchos votamos pensando en el cambio estructural del país y no a cambio de una carretera ni un alto cargo en el gobierno nacional, porque eso sería mezquino frente a la urgente necesidad de modernizar un país anquilosado en un modelo señorial, de servidumbre y exclusión. Esta es la premisa mayor de carácter general y conceptual que subsume otro tipo de evaluaciones como por ejemplo decisiones macroeconómicas como la baja en la inflación – léase precios- que nos beneficia a todos, incluidos los nariñenses, por eso Pasto registra un bajo costo de vida, como reconoce el DANE.
Absurdo esperar que, en 2 años de gobierno alternativo, se pueda superar 214 años de bipartidismo que acomodó la institucionalidad para favorecer intereses particulares en detrimento de los generales. De ahí su acérrima oposición a las reformas que propone Petro.