En una nueva muestra del creciente clima de violencia que azota al departamento de Nariño, el asesinato de Segundo de La Cruz ha conmocionado a la comunidad local. El hombre conocido por su esfuerzo y dedicación en el trabajo, fue víctima de un brutal acto delictivo que le costó la vida y dejó a su familia y seres queridos en luto.
El trágico incidente ocurrió en la ruta que conecta los municipios de San Lorenzo y Chachagüí, una zona que ha sido escenario de múltiples casos de inseguridad. Segundo de La Cruz estaba en camino hacia Chachagüí cuando fue interceptado por delincuentes que, con una violencia indescriptible, le arrebataron su motocicleta Susuki 150. Esta motocicleta no solo representaba un medio de transporte para de La Cruz, sino también el resultado tangible de años de trabajo duro y sacrificio personal.
Rutina diaria
El hombre era ampliamente respetado en su comunidad por su ética de trabajo y su compromiso con mejorar la calidad de vida de su familia. Su rutina diaria consistía en levantarse temprano para realizar diversos trabajos, con el objetivo de proporcionar una vida digna a sus seres queridos. La motocicleta que le fue robada era una pieza fundamental en su vida laboral, utilizada para realizar tareas que iban desde el transporte de mercancías hasta desplazamientos entre diferentes puntos de trabajo. La pérdida de este bien no solo representa una pérdida económica, sino también un golpe devastador a sus aspiraciones y sueños.
Indignación
La noticia del asesinato del hombre se esparció rápidamente por la comunidad, generando una ola de indignación y tristeza. Antes de su muerte, su familia había emitido una alerta para intentar localizarlo, ya que La Cruz no había llegado a su destino y su ausencia generaba gran preocupación. La alerta, que incluyó llamados a través de redes sociales y comunicación con las autoridades locales, lamentablemente no logró evitar la tragedia. Cuando finalmente se encontró el cuerpo sin vida de La Cruz, el dolor de la familia se intensificó, enfrentando la dura realidad de la pérdida de un ser querido de manera violenta e inesperada.
Lucha contra el crimen El impacto de este asesinato ha resonado en toda la región. La comunidad, que conocía a la víctima como un hombre dedicado y trabajador, se ha unido en luto y protesta, demandando una respuesta contundente de las autoridades. La violencia, que parecía haber alcanzado un nivel insostenible, ha llevado a una mayor presión sobre las fuerzas de seguridad para que intensifiquen sus esfuerzos en la lucha contra el crimen. Los residentes han expresado su frustración y temor, subrayando la necesidad de una estrategia más robusta para garantizar la seguridad de los ciudadanos y prevenir futuros actos de violencia.