Por: Rober Atis Bernal
Desde que el Gobierno Nacional inició su gestión para los colombianos, lo primero ha sido darle golpe a las economías de los grupos al margen de la ley que delinquen en varios territorios, como Cauca, Nariño, Arauca, Choco, Putumayo, incluido los puertos de Tumaco, Atlántico, Buenaventura, entre otros.
Vemos que las autoridades han entendido el mensaje del presidente Gustavo Petro de acabar con las redes de narcotráfico con las que se financian los grupos terroristas como las llamadas disidencias y sus frentes, Eln y comisiones, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Clan del Golfo y nuevos grupos que han surgido, pero sin ninguna ideología. Hoy que no quisieron seguir el proceso de paz, el Gobierno Nacional a dado la orden de contratar a los grupos al margen de la ley.
El Estado, quería acabar estas guerrillas de una forma pacífica tratando de que no se involucre a la población civil que actualmente se han visto más afectadas por los enfrentamientos entre grupos al margen de la ley que solo han generado violencia, desaparición, muerte y desplazamientos.
Después de que el Gobierno Petro anunciara cese al fuego con los negociadores de paz, luego de que las disidencias atacaran a una comunidad indígena en el Cauca, en donde le costó la vida a una líder de nombre Carmelita, las autoridades tomarán el control de varias zonas.
Las guerrillas en la actualidad ya no tienen ninguna ideología como iniciaron 60 o 70 años atrás, no saben ni porqué luchan, son ellos los que están matando a la población civil y reclutando a la fuerza los jóvenes entre hombres y mujeres.
Los colombianos apoyan a la Fuerza Pública porque tienen todo el poder con el armamento vía aérea y terrestre, solo falta que el Presidente de una orden para perseguir a los criminales que han matado a cantidad de hombres y mujeres reconocidos como líderes sociales.
Los indígenas y campesinos han mostrado ese apoyo al Gobierno Nacional de sentarse a negociar con los grupos armados, pero a estos parece no importarles nada y han seguido en la misma tónica de secuestrar, extorsionar y matar a personas que defienden sus territorios.
Con los grupos terroristas ya no se puede sentarse a negociar porque sus luchas, solo parece ser el dinero obtenido a través del narcotráfico que durante el gobierno de izquierda les ha dado grandes golpes acabándoles su financiación.
Si los grupos al margen de la ley quieren mandar en las poblaciones, lo deben hacer manera legal porque en el país no son organizaciones constituidas legalmente y son reconocidos por organizaciones defensoras de derechos humanos de sembrar terror y miedo en zonas apartadas en donde han convertido las tierras en siembras de cultivos ilícitos. Las guerrillas en la actualidad ya no tienen ideologías ni posturas, portan un arma para sembrar zozobra, miedo y apoderarse de tierras que no les pertenece y a todo líder que se les atraviesa en sus peores proyectos, lo callan con impacto de arma de fuego.

