Apenas el Señor presidente Gustavo Petro dio a conocer el nombre del reemplazo de la exministra Aurora Vergara, comenzaron a aparecer opiniones con respecto al nombramiento del Dr. Daniel Rojas, la mayor parte de ellas descalificándolo, unas por su inexperiencia en el campo de la educación, otras referidas a su preparación profesional y las más por el vocabulario utilizado por el en su cuenta de X. Con respecto a la inexperiencia en el campo de la educación como exigencia sin qua non, esta se cae desde su propia altura cuando se revisa la biografía de los últimos 20 o mas ministros de educación que han pasado por ese ministerio. Para muestra el asesinado Luis Carlos Galán quien comenzó su carrera en la administración pública sin haberse graduado de Abogado, saltando de la sala de redacción del periódico el Espectador al despacho del ministerio. Pero para no ir tan lejos bien puede servir la excongresista Gina Parodi como ejemplo de cómo el no contar con alguna idea de lo que es administrar la educación nunca ha sido requisito número uno para ser su ministro. A ella le bastó para merecer dicho nombramiento el demostrar habilidades de saltimbanqui en el escenario de la politiquería y hablar duro contra la izquierda a la que le encaró su actuar criminal en más de un debate. Quién podía imaginar entonces que ella habría de huir de la justicia por delitos comunes.
Dicen los excandidatos a la presidencia, Fajardo y Gaviria, cuya experiencia como docentes y administradores de la educación se limita a sus cátedras y a la rectoría en la Universidad de los Andes, que al reciente nombrado ministro le hace falta haber incursionado en la investigación científica. ¿Desde cuando esta es una exigencia en la hoja de vida de un ministro de educación en Colombia? ¿Cuántos de los exministros de educación pueden mostrar investigaciones realizadas por ellos o en las cuales participaron, antes de haberse posesionado? ¿Tratándose de Fajardo y Gaviria cuales son las investigaciones de carácter científico en la educación publica desarrolladas por ellos en Colombia? ¿En el caso del Dr. Gaviria nadie desconoce su talante intelectual y de seguro tendrá más de una investigación que aportar como sustento de lo que pide, no obstante, la pregunta es ¿para qué han servido y a quiénes? Ya que en la educación pública no hay nada por lo que se lo recuerde pues su paso por el ministerio de la Educación fue flor de un día y ni olor dejó.
Desde los medios masivos de comunicación califican al nuevo ministro de grosero por sus expresiones en las redes sociales. El mismo periodismo pacato que aplaude y promociona a los exponentes de la llamada música urbana en la que si no se hace referencia directa al tamaño y redondez de la parte donde termina la columna vertebral, no tiene presencia la mujer en canciones que para estos lexicógrafos son muestras de creatividad artística sin importar que sean repetitivas sus frases y reiterativa su apología a la degradación de las mujeres, sin importar que sean niñas, como bien se entiende en estos versos cantados por la interpreté de moda: “hasta abajo desde los 16/ Desde chamaquita/ rompiendo la ley… /El DM explotando, pero e’ que no hay break/ Nos comimos hoy, mañana replay (ah-ah)/… Ah, pero aquí no hay reparos ni si quiera de parte del exgobernador Sergio Fajardo pese a que en su Antioquia, la que él llamó la más educada, el turismo sexual dejé grandes dividendos a costa de la prostitución de las chamaquitas que comienzan, como lo dice la canción a, andar abajo desde los 16 y más antes, solo para lograr montar en un Lamborghini. Pero en Colombia la coprolalia también es un lujo caro.

