Por: Sofonías Rodríguez M.
A semejanza de una ruleta intentando siempre ganar, les tocó jugar su vida futura a las diferentes generaciones respecto al matrimonio, más desde principios del siglo XIX y se ha encontrado en esto unas raras tendencias que hoy se calificarían como detestables y faltas de sentido común.
Al menos en estas tierras del Sur, muchas familias cumplían con esta costumbre – ley, en donde nunca hubo poder divino, ni humano de cambiar las reglas de juego. Esto imperó por mucho tiempo y las jóvenes descendencias vivieron presas de una injusta esclavitud, autoritarismo, claro aunque muy pocos dejaban elegir a sus novias o novios.-
Intereses personales, militancia política y poder económico era para los mayores como algunos de los requisitos infaltables en una pareja de novios que pretendían llegar por medio del sacramento al matrimonio para formar su hogar y criar hijos. Esto sucedía por convenio de los mayores, en ocasiones y sin exagerar los jóvenes ni siquiera se enteraban de este tipo de componendas.
En este arreglo insólito muchos casos los jóvenes no se conocían entre sí y tan sólo a partir la ceremonia nupcial ya se permitía una relación más directa. Una señora residente en el sector rural de Sandoná, contaba que un par de familias decidieron que un señor de 55 años viudo, se casara con un hermosa señorita de apenas 17 años.-Ella relataba su cruel experiencia y decía que cuando la decisión estaba tomada por los respectivos padres debían viajar a Pasto para que el Obispo les concediera la “dispensa” o sea el permiso para poder casarse.-
Comentaba con un aire de nostalgia que en el carro iba a rezando y encomendándose a todos los santos para que el religioso, impidiera el matrimonio por ser menor de edad, pero de manera tajante dijo que como era convenio y gusto de papás, les autorizaba el matrimonio y no hubo paso atrás.-Ella era del grupo “Hijas de María” y desde allí dejó de pertenecer porque la principal condición era ser una niña buena en todo sentido.-Casada tuvo como 6 hijos y su esposo murió 20 años después.-
La historia se ha encargado de registrar estos atropellos y más de uno hoy todavía da razón de aquella época en donde el amor romántico y conquistado por calidades o cualidades de uno y de otro no sólo pasaba por inadvertido, sino que perdía derecho y potestad en los jóvenes.
Doble martirio para algunos: primero conocer casi en el día el día del matrimonio a la esposa y segundo si le salió brava aguante:Todo por esos crueles arreglos anticipados.