Por: Jorge Enrique Tello Chávez
Desde tiempos inmemoriales, el transporte terrestre ha sido la parte fundamental de la Economía Departamental, que se realizaba a lomo de mula, llevando en sus cabalgaduras, a ilustres personajes con su menaje doméstico; las mercaderías para provisionar a la región y también, nuestros campesinos para sacar sus cosechas a las Plazas de Mercado.
A comienzos del Siglo XX, se empezaron a construir las carreteras polvorientas, que unían los pueblos del norte, sur, oriente y occidente con la ciudad de Pasto. Pero sería el empresario Juan Rosero, quien importó el primer vehículo, marca Ford, traído desde los Estados Unidos hasta Barbacoas, a orillas del río Telembí, completamente desarmado y con cargadores y yuntas de bueyes, transportado a Junín, Ricaurte, Túquerres y Yacuanquer.
En Yacuanquer, el mecánico antioqueño, Gabriel Gaviria y sus operarios, lo ensamblan y casi arriándolo, llegan a Pasto y Don Manuel Zarama en su libro, “Nuestros Años Dorados”, afirma que el recibimiento fue apoteósico, el 10 de septiembre de 1915, causando una gran algarabía entre la Sociedad Pastusa.
Pero en la Misa Dominical uno de los sacerdotes, exhortó a su feligresía manifestándole: “Qué Juan Rosero, ni qué Belarmina, qué automóviles, ni que gasolina; que la mejor gasolina es la Gracia Divina”.
Años más tarde, el empresario Elías Ordóñez Valencia, trajo el segundo automóvil, de marca KING, de los Estados Unidos, formando la primera empresa de berlinas, que estacionadas en la Plazuela de San Agustín. Posteriormente se conforma la empresa Bucheli Hermanos & Compañía, que pone al servicio modernos vehículos para mejorar el transporte en la capital nariñense.
En 1917 llega a Túquerres procedente de Barbacoas, un vehículo FIAT, importado por los Hermanos, Antonio y Ponciano Moncayo, conducido por el italiano Andrónico. Utilizando el mismo trayecto, arriba un WILLYS OVERAND, para siete pasajeros, importado por Don Ángel León. En 1920 el comerciante Rosendo Naranjo, importó para Tumaco, el primer vehículo Ford.
Ante la presencia de los primeros vehículos en Nariño, abrieron las puertas La Agencia Central de Automóviles y Coches, en la Plaza de Nariño; al igual que la Ferretería Brach Hermanos, distribuía repuestos de la Ford. En 1923 el comerciante Manuel M. Navarrete vendía vehículos Studebaker. En ese año, arriban a Nariño los primeros camiones, armados en Túquerres por el maestro Campo Elías Dorado, los que se utilizaron para la Construcción de las Vías en el sur de Colombia. En sus planchones se decoraron las primeras carrozas de los Carnavales de Negros y Blancos.
Por su parte, la Curia Episcopal, los Hermanos Maristas y Padres Capuchinos, ya contaban con vehículos para prestar sus servicios a la comunidad. En 1930 Don Leónidas Delgado trajo la primera Limosina de marca Stutz, con dos filas de asientos reclinables y con tapicería de lujo.
Que estas líneas nos lleven a Valorar la Importancia del paro del gremio de camioneros, que reclama al Gobierno Nacional el Cumplimiento de Muchas Obras Viales y que, por su negligencia, han quedado inconclusas y que ameritan pronta solución para nuestra olvidada región… ¡porque Nariño también es Colombia!

