Aníbal Arevalo

Día del Estudiante: Patricio Silva Ruales

La conmemoración del Día del Estudiante en Colombia tiene raíces profundas y de amplio significado en la historia del país. El 8 de junio de 1929 cae asesinado Gonzalo Bravo Pérez, victima de un disparo por la espalda realizado por la Policía que custodiaba el Palacio Presidencial. Esto como consecuencia de las protestas que se habían realizado el 7 de junio por el nombramiento como comandante de la Policía Nacional al general Carlos Cortés Vargas, quién al mando de las Fuerzas del Magdalena, ejecutó la masacre de las bananeras, en 1928, con un número de miles de víctimas que fueron arrojadas al mar.

Dentro de esta ola de represión y gobiernos intolerantes que encuentran como mejor manera de acallar las voces de libertad, encontramos una secuencia de asesinatos de estudiantes, que unos son registrados por la historia y otros corren el riesgo de pasar al olvido si no lo escribimos. El de Gonzalo Bravo Pérez se lo recuerda por ser el primer mártir de la historia del país.

Vendría 25 años después, justo un 8 de junio de 1954, durante el gobierno de Rojas Pinilla, en la conmemoración del aniversario de Gózalo Bravo, el resultado de la persecución de la represión policial: el asesinato del estudiante de medicina Uriel Gutiérrez, y al otro día, la masacre de 11 estudiantes por parte del Batallón Colombia, recién llegado de la Guerra de Corea.

En el ocaso del gobierno de Alfonso López Michelsen, “el mandato del hambre”, en que se presentaron hechos sobresalientes para la historia de nuestro país y de gran significado para el estudiantado colombiano. En 1977, López Michelsen tuvo que afrontar un paro cívico con gran repercusión para la gobernabilidad del mandatario. De igual manera buscó hacer una persecución feroz al M-19 con los consecuentes seguimientos policiales y militares a los estudiantes.

El 30 de mayo de 1978 a 5 días de las elecciones presidenciales, en las que resultaría elegido Julio César Turbay Ayala, se presentó un hecho que enlutaría, una vez más, al movimiento estudiantil colombiano. En horas de la mañana se presenta una incursión policial en los predios de la Universidad Nacional de Colombia, donde, por supuesto, recibe el rechazo de la comunidad académica, teniendo que ese es el centro del conocimiento y no de la represión.

Los enfrentamientos entre estudiantes y policías son cada vez más angustiantes ante la ventaja de los policías de llegar armados, con cascos y con escudos de protección; mientras que los estudiantes tienen que usar piedras para defenderse. La situación se torna más caótica en horas del mediodía, cuando en medio de gases lacrimógenos se escuchan disparos de arma de fuego. El estudiante, de 19 años de edad, de segundo semestre de química farmacéutica Patricio Silva Ruales, intenta protegerse de los dispararos de la Policía Militar; corre, pero en ese instante cae abatido por un disparo que le asestaron en la cabeza.

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Era un momento de alta tensión, pues los estudiantes se habían atrincherado en la Libre y habían retenido al rector para impedir que los militares se llevaran el cuerpo de Patricio, que los mismos estudiantes habían trasladado del hospital a la Universidad. En el lugar donde murió Patricio hay dos placas conmemorativas de la fecha, de las colonias ipialeñas, pues patricio era de raíces ipialeñas. 

A pesar de que algunos afirman de que Patricio no tenía ideología política que lo comprometa con el movimiento estudiantil, su familia afirma que Patricio se preocupaba mucho por el país.

Su muerte desató marchas en todo el país; comunicados de rechazo al asesinato. Todo quedó registrado en el periódico Voz Proletaria. Prácticamente, todos los sindicatos de profesores y trabajadores universitarios salieron a marchar, los sindicatos del magisterio y todas las organizaciones políticas se pronunciaron en una sola voz en contra del crimen de Estado. Se sumaron la Juventud Comunista, el Partido Comunista, la coalición UNO-ANAPO-MIL-URS y otras organizaciones, han condenado el asesinato a manos de unidades de la Policía, del joven estudiante Patricio Silva Ruales, en predios de la Universidad Nacional.