En Nariño se volvió retórica escuchar desde diferentes fuentes la frase “Vía cerrada en el Cauca” y si hacemos el análisis es por las comunidades de las zonas que confluyen en la única y principal vía que tiene Colombia y conecta a ésta con el Ecuador.
Si bien es cierto, tienen derecho a protestar y exigir incumplimientos cualesquiera que sean desde lo local o nacional, esto no pueden afectar intereses mínimos frente al desarrollo económico, la productividad y las actividades cotidianas de los ciudadanos. El departamento del Cauca históricamente ha estado en conflictos y para el departamento de Nariño ha sido una barrera para el desarrollo en las últimas décadas.
En el año 2023 se presentaron 48 bloqueos equivalente a 90 días de cierres de vías; y para este año se complicó con la afectación del sector El Chontaduro por la pérdida de la vía y la adecuación que demoró más de 12 meses; en lo corrido del año 2024 van 40 bloqueos el equivalente a 50 días aproximadamente de cierres de vías o en su defecto la apertura de la vía se efectúa en forma intermitente, de igual forma afectando en tiempo, gastos de transporte y avería de productos; estos se han presentado específicamente en los sectores de Rosas, El Estrecho, El Patía; protestas relacionadas con incumplimientos en materia educativa, el PAE, acuerdos por reubicación en el sector chontaduro, son constantes que escuchamos permanentemente; coloquialmente podríamos decir se protesta por todo.
Las protestas buscan la atención del gobierno nacional o local y si bien se hacen mesas de acuerdos estos no llegan a su cumplimiento, de allí que sea reiterativo el tema de cierre de la única vía que conecta de manera eficiente a Nariño con el interior del País.
Varios empresarios nariñenses de diferentes sectores económicos están preocupados, al consultar con las entidades gremiales hay preocupación permanente y una incertidumbre para entrar o salir del departamento de Nariño; recordemos también que por vía aérea el tema no es de menor análisis; cierres permanentes del aeropuerto Antonio Nariño que obligan a pasajeros a utilizar la vía panamericana como un plan B.
Para los nariñenses nos quedan varios interrogantes: ¿Quién responde por la pérdida de productos perecederos que salen o llegan?; ¿Quién responde por el traslado de un paciente a un centro asistencial?; ¿Quién responde por un pedido incumplido de un proveedor o un cliente? ¿Quién responde ante la pérdida de empleos? Y así podríamos hacer una larga lista de preguntas derivadas de un cierre de vía que obviamente no es por causas naturales.
Proveedores han manifestado a algunos empresarios que la carga solicitada la dejan en la ciudad de Cali y no quieren comprometerse a llevarla hasta la ciudad de Pasto e Ipiales entre otras ciudades. La productividad en el departamento de Nariño esta pendiendo de un hilo y exigimos también al gobierno nacional que se haga sentir frente a la libertad de movilidad que como ciudadanos merecemos y tenemos derecho.

