En los últimos días, tuve la desafortunada experiencia de realizar algunas diligencias en la Oficina de Notariado y Registro de Pasto. Lo que encontré fue un sistema que no solo es ineficiente sino que roza en lo absurdo. La situación actual en esta entidad es insostenible, generando una profunda frustración entre los ciudadanos que, como yo, se ven obligados a lidiar con una burocracia exasperante.
Para empezar, la única forma de conseguir una cita es a través de un sistema en línea que parece diseñado para desincentivar a los usuarios. Conseguir una cita no es cuestión de días, sino de semanas o incluso meses. Esta demora es solo el comienzo del calvario. Una vez que uno finalmente obtiene una cita y se presenta en la oficina, solo puede hacer un registro en caja por cada visita. Si necesita registrar más de un bien, deberá volver a solicitar una cita y esperar nuevamente, perpetuando un ciclo sin fin de ineficiencia y pérdida de tiempo.
Este sistema no solo es ridículo, sino también profundamente injusto. No todos los ciudadanos tienen acceso a la tecnología o la capacidad de navegar por un sistema en línea complicado. Aquellos que viven en áreas rurales, donde el acceso a Internet es limitado, o las personas mayores, que pueden no estar familiarizadas con la tecnología, se ven especialmente perjudicados. Estas personas se ven obligadas a hacer largas filas desde tempranas horas de la mañana, con la esperanza de obtener un turno. Y aun así, la posibilidad de obtener una cita inmediata es prácticamente nula.
La restricción de permitir solo un registro en caja por visita es un ejemplo clásico de una burocracia insensible y desconectada de las necesidades de la gente. Esta norma no solo ralentiza el proceso, sino que obliga a los ciudadanos a pasar por el mismo tedioso proceso repetidamente, desperdiciando tiempo y recursos.
Es evidente que la Oficina de Notariado y Registro de Pasto necesita una reforma urgente. Se deben implementar cambios que agilicen los trámites y mejoren el acceso al servicio. Una posible solución sería permitir múltiples registros en una sola visita, o al menos implementar un sistema de citas más eficiente y accesible. Además, se debería considerar una línea de atención especial para aquellos que no tienen acceso a Internet, garantizando así que todos los ciudadanos, sin importar su ubicación o familiaridad con la tecnología, puedan acceder a los servicios de manera justa y eficiente.
La situación actual no solo es un ejemplo de mala gestión, sino que también refleja una falta de consideración por parte de las autoridades hacia los ciudadanos. Es hora de que se tomen medidas para corregir estos problemas y asegurar que todos los habitantes de Pasto puedan acceder a los servicios públicos de manera digna y eficiente.