La quema de motocicletas supuestamente involucradas en actos delictivos en la ciudad de Pasto se viene incrementando en el municipio capital, tanto es asi que fueron siete las motos incineradas por la comunidad la semana pasada.
Solo este domingo se presenciaron dos incidentes donde motocicletas fueron incendiadas presuntamente por estar involucradas en hurtos, el primer caso ocurrió en la carrera 16B del barrio Miraflores, donde una moto fue incinerada por residentes del área. Poco después, un segundo caso similar se presentó en la calle 17 con carrera 14 de la Avenida Champagnat.
La justicia por mano propia es un fenómeno que ha cobrado fuerza en diversas partes del mundo, y Pasto no es la excepción. Recientemente, un evento alarmante ha capturado la atención de la comunidad: la quema de motocicletas por parte de ciudadanos furiosos, cansados de la delincuencia y la inacción percibida de las autoridades.
Pasto, como muchas otras ciudades de Colombia, enfrenta problemas de inseguridad y criminalidad. Los robos a mano armada, el hurto de vehículos y otros delitos han generado un ambiente de desconfianza y temor. En este clima de inseguridad, algunos ciudadanos han decidido tomar la justicia en sus propias manos, una práctica que, aunque comprensible desde el punto de vista del hartazgo social, plantea serios problemas éticos y legales.
La quema de motocicletas, que presuntamente pertenecían a delincuentes, es un acto extremo de justicia por mano propia. Este tipo de acciones, aunque pueden parecer una forma rápida y efectiva de hacer frente a la delincuencia, conllevan riesgos significativos. En primer lugar, está la posibilidad de cometer errores y castigar a inocentes. En segundo lugar, tales actos pueden desencadenar una espiral de violencia difícil de controlar.
Cuando los ciudadanos toman la justicia en sus manos, socavan el sistema legal y judicial del país. La confianza en las instituciones se debilita y se promueve una cultura de la violencia, por otra parte se genera riesgo para inocentes, puesto que la falta de un debido proceso puede llevar a que personas inocentes sean castigadas injustamente. La quema de motos podría afectar a propietarios legítimos que han sido víctimas de robo.
Por otra parte puede desatar una escalada de violencia, ya que la justicia por mano propia puede incitar a los delincuentes a responder con más violencia, creando un ciclo vicioso de retribución.
La raíz del problema radica en la percepción de la ineficacia de las autoridades. Es crucial que los gobiernos locales y nacionales fortalezcan las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia. Algunas posibles soluciones incluyen aumentar el número de efectivos policiales, así como su capacitación y equipamiento, para que puedan responder de manera más eficiente a la criminalidad.
Además el asegurar que el sistema judicial sea rápido y efectivo, para que los delincuentes sean procesados y castigados adecuadamente, disuadiendo futuros delitos y fomentar la colaboración entre ciudadanos y autoridades, mediante programas de vigilancia comunitaria y denuncias anónimas, para fortalecer la seguridad sin recurrir a la violencia.
Como reflexión final queda que la quema de motocicletas en Pasto es un grito de desesperación de una comunidad que se siente desprotegida. Sin embargo, la justicia por mano propia no es la solución. Es necesario un esfuerzo conjunto para fortalecer las instituciones, garantizar la seguridad y promover la justicia. Solo a través del respeto al estado de derecho y la cooperación comunitaria se podrá construir una sociedad más segura y justa para todos.