Sandra Mora, una figura destacada tanto en el ámbito artístico como en el de la maternidad, ha tejido una vida marcada por la pasión, la dedicación y el compromiso con su arte y su hija, Venus Sofía. Con una mezcla única de inquietud, creatividad y firmeza, ha dejado una huella indeleble en su comunidad como una luchadora incansable por la justicia y las causas sociales.
Su amor por la música y su compromiso con la formación de niños y jóvenes de comunidades vulnerables la han llevado a ser una pedagoga entregada y apasionada. Su conexión con su tierra natal, Pasto, y su profundo amor por su cultura han enriquecido su obra artística, inspirándola a crear melodías que narran la historia y el espíritu de su región.
Desde el momento en que supo que sería madre, Sandra sintió una renovación en su ser, una pulsación adicional que le infundió nueva inspiración y energía a su arte. Su hija se convirtió en su musa, su compañera y su maestra, acompañándola en cada paso de su carrera artística y siendo la fuente de su creatividad.
Conseja a otras madres que sigan siendo artistas y madres al mismo tiempo, encontrando en sus hijos la gracia para alcanzar sus sueños. Para Sandra, el equilibrio entre la maternidad y el arte radica en identificar las prioridades y aprender a dar a cada cosa su espacio y momento.
La maternidad ha enriquecido su perspectiva sobre la vida y la música, no tanto cambiándola como enriqueciéndola. Le ha permitido abrir su corazón a un nuevo tipo de amor, tan profundo como el que siente por la música, y le ha dado la bendición de ver sus sueños hechos realidad a través de su hija.
Ejemplo de su amor maternal plasmado en su arte es su composición «Mi Tierrita», inspirada en Venus Sofía, que ha enriquecido el acervo cultural y musical de su región. Sandra Mora es un ejemplo inspirador de cómo la maternidad y el arte pueden coexistir en armonía, nutriéndose mutuamente y enriqueciendo la vida de quienes la rodean.

