Los fuertes temblores que han sacudido en los últimos días y meses a Colombia y otros países, nos ponen de aviso sobre el que no debemos bajar la guardia y estar preparados para afrontar un posible gran sismo que podría llegar en el momento menos pensado.
No se trata de ser alarmista, pero es sabido que todas las poblaciones asentadas en las cordilleras de América y el mundo entero, tienen riesgo de padecer un terremoto o una erupción volcánica de grandes proporciones.
Con preocupación vemos desde hace varios años, como muchas regiones del planeta que se encuentran en el llamado ‘Cinturón de fuego’ están padeciendo uno de los mayores embates de la naturaleza como lo son los terremotos y continuos temblores, los cuales se han acrecentado en los últimos tiempos.
Para los que no lo saben, Colombia y obviamente el departamento de Nariño se encuentra en dicho ‘cinturón’ lo que nos convierte en un sitio con alto riesgo de destrucción por movimientos telúricos y más aún nuestra región al estar ubicada en una zona de influencia volcánica lo que acrecienta el nivel de alerta.
Esto no lo digo para alarmar a la comunidad, sino para hacer entender tanto a las principales autoridades como a los habitantes, que en la capital nariñense y el departamento en general deben estar preparados para enfrentar un desastre natural que puede llegar en cualquier momento y sin previo aviso.
Ante esta situación me pregunto ¿Estamos preparados? ¿Los organismos de socorro tienen la capacidad logística, de personal y equipos necesarios para afrontar una gran erupción volcánica o terremoto? ¿Los habitantes saben qué hacer en caso de una emergencia? ¿Los centros hospitalarios están en capacidad de atender un hecho de grandes magnitudes? ¿Las edificaciones de Pasto y demás municipios de Nariño son sismo resistentes?
Es por eso muy importante que desde ya tanto la comunidad como los distintos estamentos gubernamentales implementen planes de emergencia para estar preparados y saber llevar a cabo un buen programa que evite la pérdida de vidas.
En los últimos años, miles de personas han fallecido en terremotos en el mundo y muchos lo perdieron todo, a sus familiares, a sus viviendas, sus pertenencias y sin duda nadie de nosotros quiere pasar por una situación tan difícil y dolorosa como esa.
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