Hubo conmoción en las redes sociales, cuando se compartió la noticia de que se habían intervenido 39 propiedades que estaban siendo utilizadas para el beneficio de las operaciones del Clan del Golfo. Al parecer, varios de los predios serían propiedad del humorista conocido como Carroloco.
Nacido el 29 de marzo de 1969 en Medellín, Juan Guillermo Noreña Zapata, tuvo una infancia humilde en el barrio Manrique, ubicado en el nororiente de la capital antioqueña, el cual fue foco de violencia y flagelos sociales durante el final del siglo XX, situaciones de las que la familia del comediante no fue ajena.
De hecho, Byron de Jesús Velásquez, de 18 años en esa época y quien fue procesado como uno de los autores materiales del asesinato del exministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, era vecino de los Noreña, quienes sufrieron al ver que el adolescente que conocieron por su gracia acabó en medio de un crimen tan atroz.
Pero Velásquez no fue el único, sino el primero de muchos jóvenes de la zona que terminaron siendo reclutados por las diferentes estructuras del Cartel de Medellín. En medio de toda la avanzada criminal del grupo, los padres de Juan Guillermo hicieron lo necesario para que hijo no cediera.
De su juventud, Carroloco recuerda las balaceras que se escuchaban en las calles, el escándalo de las cantinas que se mezclaba con los gritos de sufrimiento de víctimas o familiares y los crímenes que se perpetraban frente a sus ojos una y otra vez.
Para huir un poco del contexto, Noreña aprovechó sus días en el Liceo Antioqueño para contar chistes a sus amigos o para buscar maneras de entretener a los que le rodeaban. Le había aprendido suficiente a Enrique Colavizza, que era su gran referente profesional.
De la misma manera, colocó a Guillermo “Montecristo” Zuluaga como su gran modelo a seguir a nivel regional, puesto a que era de los más conocidos en Medellín.

