Si visitas Uruguay ahora mismo, descubrirás que estos siete días que los cristianos alrededor del mundo conmemoran como la Semana Santa aquí tienen un nombre distinto: Semana de Turismo.
Algunos uruguayos también la denominan Semana Criolla, por las populares competencias de jinetes que montan caballos indóciles en estas mismas fechas.
Otros hablan de la Semana de la Cerveza, por una fiesta que suele realizarse en la ciudad de Paysandú, fronteriza con Argentina, con espectáculos musicales y, por supuesto, mucha bebida espumosa.
Hay otras denominaciones posibles, como Semana de la Vuelta Ciclista, por una carrera por etapas que se disputa desde 1939.
Pero de forma oficial Uruguay la define como Semana de Turismo desde hace más de un siglo, algo que refleja la profunda tradición laica de esta república, la menos religiosa de América Latina según encuestas.
Un proceso “exitoso”
El Estado uruguayo comenzó a marcar distancia de la Iglesia a partir de 1860, con medidas como la secularización de los cementerios o la creación de un registro civil para anotar nacimientos, matrimonios y muertes, una tarea que hasta 1879 estaba solo en la órbita católica.
Si bien el catolicismo era predominante en el país, Sturla señala que “cuando comenzó el proceso de secularización en Uruguay, la Iglesia era frágil, no tenía mucha fuerza y eso también coadyuvó a que fuera tan exitoso”.

