La esencia de la guerra en Ucrania es que no se trata de este país contra la superpotencia rusa, sino de esta última contra la OTAN. Decir contra el organismo del Atlántico Norte es equivalente a decir contra Occidente, o sea contra Estados Unidos y Europa.
Como en todos los acontecimientos, se expanden las acostumbradas tergiversaciones que por supuesto no son ciertas y se hacen para mal informar y tener un resultado propagandístico. Por ejemplo que la invasión a Polonia por Rusia es inminente; esto está lejos de la realidad porque Polonia es país miembro de la OTAN, lo que desencadenaría de inmediato la reacción de los miembros de la organización y a su vez el comienzo de la guerra nuclear con Rusia.
Pensando en una solución negociada, es muy improbable puesto que Putin tiene prácticamente ganada la guerra y en una mesa de negociación llevaría toda la ventaja. Es de público conocimiento las derrotas sufridas por Ucrania ante una potencia mundial que reclama territorios como suyos por razones históricas y de lengua; en muchas provincias donde se habla el ruso y la población es de ese origen.
En 2014 un plebiscito en la península de Crimea voto en un 90% a favor de anexarse a Rusia lo que finalmente ocurrió y los territorios del este, también son pro-rusos, se habla el ruso y la población se siente perteneciente a Rusia. Dicho de otra manera son pretensiones justificadas política e históricamente; recordemos que Ucrania fue parte integrante de la Unión Soviética y en la península de Crimea estaba el grueso de la flota de guerra soviética.
Ganar la guerra para Rusia es la supervivencia misma por eso exige rendición total o se muere Putin, literalmente, y eso no va a suceder como potencia nuclear y además aliada con otra como China. CONTINUARA…

