Chaquira en una respuesta a lo que ella, como cualquier hombre o mujer, consideró grave ofensa, a manera de retaliación dedicó buena parte de su talento a componer parte de sus últimas canciones, con versos que debían de oír su expareja y así se enterara de como ella había tomado la afrenta y de cuanto le dolía.
Así ella resarciendo su dignidad ultrajada, en derecho, le encare también su desprecio. Su postura ante la traición no está mal y nadie se equivoca al considerar que si le dolió lo más normal es que lloré, reclame, ponga en alto su orgullo y ponga en el lugar que le corresponde al falso, así como sucede en todo aquel o toda aquella que ha sido objeto de la deslealtad y el engaño, tal como lo muestra la lírica desde cuando el ser humano descubrió en la palabra y la música una bonita manera de hacerlo.
Muestra de ello es el extenso cancionero escrito y cantado en todas las lenguas puesto que el amor y el desamor han sido motivo de inspiración en todos los pueblos en cualquier época.
Así como se puede constatar en la historia de la literatura española yendo a los orígenes mismos del idioma, por allá en los siglos XIII y XIV cuando en dialecto mozárabe los poetas de entonces compusieron coplas con versos como estos: Mi corazón se me va de mí/ Oh Dios, ¿acaso se me tornará? / ¡Tan mal me duele por el amado! / Enfermó está. ¿Cuándo sanará? O recurriendo a la picaresca dejaran constancia, como en El Libro Del Buen Amor, de lo sucedido a quien se va y deja a su amada por largo tiempo sola, tal y como le sucedió al pintor Pitas Payas quien al irse pinta bajo el ombligo de su amada un pequeño cordero como seguro contra cualquier traición, sin embargo al regresó no pudo más que sorprenderse por encontrar en vez del cordero un carnero con astas bien fuertes que su amada al darse cuenta que del cordero obra de su esposo muy poco quedaba llamó al caballero que le había prestado compañía para que le pintara otro.
Chaquira le canta a Piqué que las mujeres ya no lloran, facturan. Versos que comenzaron a repetir todas las mujeres que hoy se reconocen empoderadas para dar a entender o que ya no sufren por amores ingratos, puesto que su independencia económica lograda mediante el desempeño de sus profesiones u oficios les permite demostrar cuanto valen o que ya también aprendieron a cobrar venganza, que es lo que significa pasar factura entre bravos.
En cualesquiera de los dos sentidos puede decirse que se trata de reivindica la condición de ser mujer. Puesto que su lugar en la sociedad en calidad de profesional u obrera le es innegable y cada vez se propende porque sea en mejores condiciones, respetando su naturaleza y sin que por ello pueda ser objeto de discriminaciones alguna. En cuanto a su vida dentro de la casa y el desempeño de las tareas domésticas, éstas cada vez son tareas más compartidas con la pareja, sin que para el hombre sea un quehacer por el cual deba ser loado en tanto que son labores que en nada comprometen su naturaleza de hombre y si obedecen a sus responsabilidades como parte de él hogar.
En lo referido al acto de cobrar el agravio a cualquier costo o sea pasar factura en sentido figurado, sí, cada vez son mas las mujeres que lo hacen permitiendo confirmar que tanto los hombres como las mujeres han asumido el amar como una relación simbiótica que exige total dependencia afectiva por lo cual siempre serán los dos amantes los sacrificados, así como en la canción Llamarada de Jorge Villamil. ricardosarasty32@hotmail.com

