El día miércoles pasado se reunió la comuna 9 de Pasto, en compañía de otras, en el Auditorio de la Universidad Antonio Nariño con el fin de conformar la Veeduría Ciudadana Barrios Aliados de Pasto, con el fin de defender a la niñez, la juventud, su adultez mayor, ancianos y todos los que residen en esta zona residencial debido al caos social existente en la otrora zona rosa convertida hoy en zona roja.
Como se conoce, se ha realizado una sentencia del Juzgado Noveno respecto a la Acción Popular que defienda a la ciudadanía del ruido como tortura, provocado por las instalaciones de recreación en base al alcohol, de la inseguridad, prostitución, drogadicción, violación absoluta de las normas de tránsito y otras que atentan a la comunidad, haciendo de Pasto un centro de caos que “aportó” la administración anterior a la ciudad.
Cabe reconocer que la Alcaldía actual se ha reunido con la gente que sufre este grave acoso a su bienestar influenciado enormemente por el ruido general, el cual se sabe que es utilizado internacionalmente como tortura por agencias de inteligencia especializadas, lo que indica un ánimo proactivo de la institución. Sin embargo, hasta ahora no han desarrollado una estrategia efectiva que cambie las difíciles condiciones de malestar global que aqueja a la ciudad debido a que aún no se elabora estructuradamente para hacer de la ciudad un espacio soñado en tranquilidad social.
Pese a que la ciudadanía se organiza, protesta, va a los medios de comunicación, parece que la ley avanza con mucha lentitud y(o)no se aplica de modo consistente porque hasta ahora, pese a la audiencia con el juzgado noveno y los compromisos adquiridos, aún persiste dicha situación anómala.
Mientras Comfamiliar inicie a las 7.00 a.m. el ruido ensordecedor con los aeróbicos, negándose su director a trasladarlo en el mismo Parque Infantil a otro existente que no provoque los daños a la salud de los residentes, las Veeduría legítimas tendrán un arduo camino y no renunciarán a su misión.