La pensión es un derecho económico que tenemos todos los colombianos, para garantizar que nuestras familias estén protegidas durante nuestra vida laboral y después de la edad de retiro. Lo anterior para que podamos tener una vida tranquila cuando lleguemos a la vejez, después de haber contribuido al desarrollo económico y social del país.
Tienen derecho a pensionarse en Colombia, los hombres a la edad de 62 años y las mujeres a la edad de 57, siempre y cuando hayan cotizado al menos 1300 semanas. Eso equivale a 25 años aproximadamente de trabajo.
Hay tres tipos de pensiones: La de vejez; cuando se cumple la edad exigida. La de Invalidez, cuando se pierde determinado porcentaje de su capacidad de trabajo y la de sobrevivencia, cuando fallece uno de los cónyuges, compañero o compañera permanente, o cuando quedan hijos estudiando hasta la edad de 25 años.
Según el ministerio del trabajo, en Colombia en el año 2024, hay un total de 2.380.423 personas pensionadas. De ellos, el 54% tiene una pensión de un SMLV; el 16.74% entre uno y dos SMLV; el 22.18% entre 2 y 4 SMLV; el 5.12% entre 4 y 10 SMLV; el 1,28% entre 10 y 20 SMLV, y el 0.33% más de 20 SMLV. Asumo que estos últimos, entre otros serán los privilegiados del congreso, magistrados y pensionados de las altas cortes y mandos militares.
Como todos no pueden jubilarse porque más del 55% de la población vive en la informalidad y no cotizaron o no alcanzaron las 1300 semanas requeridas para lograr este beneficio, la semana pasada, el presidente Petro, dijo:
“Todo anciano o anciana mayor de 80 años sin pensión va a recibir una pensión del gobierno colombiano.”
Esto, a oídos de 500 mil ancianos que viven en la pobreza absoluta, les sonó como música celestial, porque por fin, un gobierno con profundos sentimientos de solidaridad piensa en llegarles con 225 mil pesos mensuales, para que al menos puedan garantizar su sustento diario y no tengan que vivir de la caridad pública. !Aquí se nota el cambio!.
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