Carlos Santa María

El valor humano de lo colectivo

Las tendencias actuales en todos los campos del saber, hacer, pensar o decir, están influenciados fuertemente por el individualismo, cuya fuente procede de los niveles más bajos de la sociedad y amenazan con destruir la Humanidad si no se reconfigura rápidamente.

Toda la información masiva basada en este principio insiste en poner a la persona como un factor que sirve únicamente en la medida que consume, por lo tanto, se ubica, escoge, trabaja en ese sentido y, luego que ha cumplido el objetivo, es desechado rápidamente.

Los negocios son cada vez más fríos: vales como ser en la medida que pagas y, una vez que pierdes la capacidad adquisitiva o que cancelas lo que deseas, dejas de ser importante. Las nuevas prácticas donde se usa el nombre, se saluda telefónicamente, se estrecha la mano, se sonríe, dejan de ser imprescindibles cuando ya eres parte del sistema o has comprado lo ofrecido.

El ejemplo más claro corresponde a la atención del público donde se expresa el nombre o función…la cual no se escucha dado lo mecánico del acto, o en la llamada telefónica donde consultan como está o se encuentra este día, sin esperar a que uno responda lenta o racionalmente, lo que es una técnica para desesperar a quien lo requiere ya que la idea es obtener algo y no comunicarse con una persona realmente.

Por ello, lo colectivo, la unidad de los individuos en sus intereses comunes, es fundamental para avanzar. Cada vez que nos intentan dividir, hay que priorizar la juntanza o formas de estar ligados con alta fortaleza, sin dividirse a causa de personalidades fariseas. No se puede olvidar que los traidores tienen su modelo en los mercaderes judíos que entregaron a Cristo para su sacrificio.

Lo inteligente hoy día es mirarnos, tocarnos, saludarnos, compartir ideales, ir más allá de la tecnología, para sentirnos parte de una familia, de una comunidad, de una organización, donde cada uno pueda estar comprometido en valores que sirven a la mayoría.