Ricaurte Losada Valderrama

La reforma a la justicia solo será de maquillajes

Por las declaraciones del ministro de justicia, Néstor Osuna, nuevamente el intento de reforma a ella  será de solo maquillajes. En sus palabras, se requiere “un poder judicial más robusto, más fuerte en el sentido de que sus sentencias se cumplan. Que tenga mejores elementos para llegar a la verdad, pero también, por supuesto que haya una oferta de justicia más grande de la que hay hoy en día”.

“… necesitamos una justicia que esté mucho más volcada a esclarecer la verdad”. La justicia con enfoques diferenciales; que los derechos deben ser los mismos para todos; que se necesita un trato diferente para garantizar el mismo derecho.

Agregó que se deben erradicar discriminaciones y exclusiones. “Una justicia mucho más eficaz en lucha contra la corrupción y la impunidad…”. “Una justicia que llegue a donde nunca ha llegado; en muchas regiones no hay juzgados. Necesitamos que el poder judicial llegue a donde nunca llegamos, y para eso nuestro gran aliado se llama tecnología”.

Puso de presente que “la demanda de justicia en estos años ha aumentado como cuatrocientos por ciento, y la oferta de justicia ha aumentado un treinta por ciento”.

Advirtió que necesitamos “… tener una justicia que sea el doble de la dimensión de lo que tenemos hoy en día, con el doble de funcionarios, de guardianes del Inpec …” y que la sociedad tenga una justicia rápida y eficaz.

Todo esto es necesario y, para ello, no se requiere de mayores reformas de orden legal, sino que el aparto judicial y el Estado en general actúen con mayor eficacia y efectividad, derrotando la corrupción incrustada en la sociedad, hecho que es grave, pero es incomprensible que ella se campee en la propia justicia.

Como le he expresado de manera reiterada durante muchos años, mientras no se le asigne juez real a los magistrados de las Cortes y del Consejo de Estado, así como que se le quiten las muy bastas funciones electorales que ellos tienen y no se acabe con el fuero que hace que realmente no tengan juez que los investigue y juzgue en ningún sentido, no se podrá hacer la reforma de fondo que desde hace ya tantos años requiere nuestra justicia.

Pero, además, mientras no se lleve a la Corte Constitucional al ejercicio de sus funciones bajo los precisos mandatos de la Constitución, el país y su justicia seguirán presos de esa corporación que hace las veces de poder constituyente, reformando la Constitución y también en muchas ocasiones la Ley, no se podrá diseñar el camino adecuado para rescatar nuestra justicia de las garras del clientelismo, la corrupción y el despotismo emanado de poderes establecidos, justamente para que por encima de consideraciones de toda índole, prevalezcan las libertades y los derechos humanos.

Y mientras  no haya justicia, no habrá concordia, desarrollo y paz y el Estado dejará de cumplir, quizás su fin más esencial: la prevalencia del interés general y la protección de los derechos humanos que sin justicia se constituyen en una verdadera irrisión.

Y que el año que comienza nos traiga a todos los colombianos muchas cosas buenas, pero ante todo salud.

Salud y Vida, Paz, Justicia, Transparencia.

@ricaurtelosada